
Las comisiones para la banca española sólo suponen el 23 por ciento del total de sus ingresos, el porcentaje más bajo de la UE. La causa estriba en la operativa tradicional en nuestro país, que prima la vinculación del cliente subvencionando parte de sus servicios. En el actual contexto de lucha por la rentabilidad es forzoso un cambio y los bancos intensifican la venta de fondos y planes de pensiones para obtener más rendimiento por este capítulo.
Sin duda, hay margen de mejora, pero también es cierto que las nuevas iniciativas regulatorias presionan a la baja las comisiones y es dudoso que éstas, si no van acompañadas de más ajustes, salven unas cifras de rentabilidad sobre recursos propios (ROE) aún por debajo de la media europea.