
La gran banca española logró que su beneficio, derivado del mercado nacional, crezca un 69% interanual hasta septiembre, sumando 4.125 millones. Ahora bien, gran parte del mérito de ese avance correspondió a la reducción de las dotaciones y a la incorporación al balance de entidades compradas. En lo que a la rentabilidad concierne, su recuperación aún está pendiente, lo que explica que, pese a su gran alza, el beneficio de los seis grandes sea aún un 18% inferior al propio de hace 5 años.
El futuro no es más halagüeño, por culpa de los tipos en mínimos o los mayores requerimientos de capital de la nueva legislación del sector. Por tanto, pese al fuerte saneamiento de los últimos años, elevar la rentabilidad seguirá siendo un reto y exigirá más ajustes.