
Tras su rotundo éxito en las elecciones catalanas, Ciudadanos (C's) se ha convertido en la opción más fiable para asegurar la gobernabilidad después de los reñidos comicios del 20-D. No obstante, sin renunciar a ese rol, el partido naranja demuestra que sabe marcar sus líneas rojas, precisamente por boca de la artífice de la victoria el 27-S.
Inés Arrimadas deja claro a quienes busquen su apoyo a escala nacional, ya sea el PP o el PSOE, que el líder de C's, Albert Rivera, no está dispuesto a ser "ni el vicepresidente ni el ministro de nadie". Es una estrategia prudente; innumerables ejemplos (véase IU en Andalucía) demuestran que entrar de comparsa en el Gobierno liderado por otro partido constituye un serio riesgo de desgaste.