
Los datos de comercio exterior de Alemania en agosto trajeron malas noticias para la locomotora de la UE. Sus exportaciones cayeron un 5,2% con respecto a julio, lo que supone la mayor mengua desde 2009. La desaceleración de China no podía dejar de tener efectos en la eurozona, el principal socio comercial del gigante asiático, y especialmente sobre el país que con más intensidad le vende productos y servicios.
Y, a ello se suma la debilidad general de las economías emergentes. Sin embargo, aunque el impacto es indudable, conviene no exagerarlo. Las exportaciones alemanas aún crecen en términos interanuales y las principales casas de análisis del país recortan sus previsiones sobre el PIB para 2015, pero aún prevén un avance notable, del 1,8%.