Economía ha sabido maniobrar para garantizar que los clientes no paguen dos comisiones por un mismo servicio: sacar dinero de un cajero. Lo hace sin echar por tierra la iniciativa, inaugurada por Caixabank, de cobrar 2 euros a sus no clientes. La entidad catalana podrá mantener ese cobro, pero no lo repercutirá directamente sobre el usuario, sino sobre el banco emisor de la tarjeta y este último será el que decida cómo lo trasladará a su cliente. Ahora bien, en ningún caso podrá sobrepasar la tasa cobrada originalmente (que, en el ejemplo, era de 2 euros).
En la práctica, por lo tanto, se producirá todo un revulsivo en la operativa de los cajeros, en beneficio de los clientes, que supondrá abaratar hasta en un 50% las comisiones que actualmente se aplican.
