En su lucha por recuperar rentabilidad, la banca española encontró un balón de oxígeno en el ahorro derivado de la baja remuneración de depósitos. La tónica se mantuvo en el primer semestre de 2015, cuando las entidades destinaron a ese fin 6.217 millones, un 34% interanual menos. Pero sería ingenuo esperar que la tendencia persista. Los tipos de interés, cuyo promedio para hogares es del 0,42%, están bajo mínimos, lo que provoca que los clientes, en búsqueda de rentabilidad, huyan de los depósitos.
En este punto, la banca necesitará de la acción de otras fuerzas, más allá de las provenientes de su pasivo, para mejorar resultados. En otras palabras, sigue pendiente una recuperación de su negocio más propio, que es la concesión de crédito.