
El Consejo de Política Fiscal de ayer terminó con la imposición, por parte de Hacienda, de un objetivo común de déficit para todas las autonomías: el 0,3%. El departamento que dirige Cristóbal Montoro deja pasar la oportunidad de compensar parcialmente la infrafinanciación que aún sufren ciertos territorios, especialmente el arco mediterráneo, mediante la recuperación del método del déficit a la carta, la polémica fórmula que aplicó en 2013.
El Gobierno parece así adoptar una posición estricta con respecto a la austeridad de las autonomías que, sin embargo, se ve relajada considerablemente gracias a los 7.000 millones con los que va a regar a las regiones. La cercanía electoral ha suavizado la mano dura de Hacienda.