
El revulsivo de las elecciones de mayo se nota ya en las políticas fiscales autonómicas. Los nuevos Ejecutivos abogan por un mayor gasto social y se desmarcan de la austeridad. Es toda una carrera de promesas y anuncios millonarios que, en algunas regiones como Castilla La Mancha incluye un rescate ciudadano, otro rescate de carácter habitacional o un plan de lucha contra la desigualdad por 500 millones.
A ello, se suma la iniciativa de Ejecutivos como el de Murcia de bajar los impuestos cuando se muestran, año tras año, incapaces de embridar su déficit. Todos estos anuncios de mayor gasto suponen un riesgo para la consolidación fiscal, y Hacienda no debe perder de vista que depende de su permisividad, a la hora de dar margen financiero, el que lleguen a realizarse