
La economía china se expandió a una tasa interanual de un 7% en abril y junio. Este crecimiento frena el temor de un derrumbe del país aunque genera desconfianza. Máxime cuando existen antecedentes chinos en manipulación de estadísticas. Por ejemplo, en 1998 el gigante asiático adulteró sus datos tras la crisis financiera asiática que llevó a varios países del continente a entrar en recesión.
En cualquier caso, aunque el dato sea cierto, viene motivado por los estímulos monetarios del Banco Central Chino, una solución a corto plazo que no arregla los graves desequilibrios de su economía. China debe seguir a este ritmo hasta 2050 para poder absorber a la gran masa de trabajadores del país, un realidad que puede provocar una burbuja difícil de manejar.