
Irán y las seis grandes potencias del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, junto con Alemania (el Grupo 5 + 1) alcanzaron ayer un principio de acuerdo nuclear. Un pacto que aún tiene algunos flecos pendientes.
Entre ellos, la oposición del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, al pacto con Irán sobre su programa nuclear al considerarlo un "un error histórico". Estas declaraciones pueden influir en la votación que el Parlamento de EEUU debe llevar a cabo sobre esta cuestión.
Aun así, el presidente Barack Obama parece favorable al acuerdo, especialmente tras establecer una serie de condiciones. La decisión de levantar las sanciones al petróleo iraní no será inminente, ya que según filtraron los diplomáticos, el embargo no acabará hasta que la Administración de Información de la Energía (EIA) revise, el 15 de diciembre, que Irán ha adoptado las medidas acordadas en materia nuclear.
Una condición adecuada para evitar que el país incumpla el acuerdo y que, además, ha animado al mercado del petróleo al registrar ayer subidas del 1,1%. Así, si todo se desarrolla según lo establecido, a partir de esa fecha fluirá el petróleo iraní en el mercado, lo que supone la incorporación de la segunda nación de la OPEP con mayor potencial de producción de crudo, con 3,6 millones de barriles diarios.
Este nuevo actor se sumaría a la guerra del petróleo que libra Arabia Saudí contra el fracking de Estados Unidos y que ha llevado el precio del crudo a niveles mínimos de 2009. Un aumento de la oferta que puede provocar bajadas más acusadas del precio del petróleo lo que unido a los tipos de interés bajos en Europa favorecería la recuperación económica por la reducción de los costes de producción y la mejora de la competitividad-precio.