
Aunque no se esperaba un acuerdo inminente entre Grecia y sus acreedores, al menos la mayoría de los inversores pensaban que el país heleno presentaría ayer una propuesta de reformas creíble al Eurogrupo. Sin embargo, Grecia llegó a Bruselas sin un proyecto concreto para, al menos, abrir de nuevo las negociaciones. Ante este estancamiento de las conversaciones entre Grecia y el Eurogrupo, la bolsa europea registró un día de descensos que llegó a rozar el 2% y que además rompió los soportes.
En el caso del Ibex 35, cayó un 1,84% hasta los 10.346 puntos, su mínimo desde febrero, lo que pone en jaque el escenario alcista vivido en los tres últimos años. La ausencia de cualquier plan por parte de Grecia hizo que la incertidumbre golpease a los mercados, algo que no se produjo siquiera con la convocatoria del referéndum, y podría amenazar también a la economía de la eurozona.
Un hecho que hace más necesaria que nunca una solución rápida a esta crisis. El Gobierno heleno aseguró que hoy presentará un plan de reformas basado en la última oferta que realizaron el 30 de junio, un proyecto que, sin embargo, no obtuvo una buena aceptación.
Ante este precedente, el Ejecutivo de Alexis Tsipras debe tener claro que si quiere mantener su país a flote tiene que respetar las reglas establecidas en Europa, que cumplen el resto de países, y presentar un proyecto de reformas razonable y acorde a las peticiones de Bruselas. Se trata de la última oportunidad de Grecia para evitar su desahucio económico y mantener el país a flote. Sólamente si Tsipras cumple por fin con las normas, Bruselas abrirá el tercer rescate para el Estado y el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá la liquidez.