Editoriales

Europa debe mantenerse firme

Grecia tiene ahora 48 horas para decidir su futuro. El "no" rotundo del pueblo heleno a aceptar las condiciones de Bruselas para extender el rescate no resuelve en absoluto la situación extrema que atraviesa el país, que deberá seguir negociando con los acreedores para evitar la quiebra.

En este sentido, el Banco Central Europeo (BCE), principal sustento de las entidades griegas, decidió ayer mantener el mecanismo de emergencia de liquidez (ELA) para los bancos griegos (89.000 millones de euros), pero va a aplicar recortes de valor a los activos que presenten como garantía. Una medida que ayudará al sistema financiero heleno a mantenerse vivo hasta el próximo miércoles, el mismo día en que previsiblemente podría acabar el corralito que vive desde la semana pasada.

Ante esta situación, el Ejecutivo de Alexis Tsipras debe ser consciente de la necesidad de presentar una propuesta de reformas creíble al Eurogrupo, que se celebra hoy, que facilite el acuerdo entre Grecia y el resto de la eurozona. Una proposición en la que deben estar presentes varias líneas rojas, como la reforma del sistema de pensiones o el incremento del IVA; por encima de discutir la quita de deuda que parece ser ahora la única prioridad de Grecia.

Unas condiciones ante las que el resto de Estados europeos deben ser inflexibles. Aflojar ahora los requisitos para el país heleno supondría un riesgo moral con el resto de países rescatados, como Portugal o Irlanda, que fueron tenaces a la hora de aplicar los ajustes. Por ello, el tono más laxo de Francia frente a la mayor presión de Alemania no deben confundir al Gobierno de Tsipras. Europa tiene que mantenerse firme con Grecia y exigirle las mismas condiciones que antes del referéndum.

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