Editoriales

Unos cálculos aún por demostrar

En el programa económico de Ciudadanos se nota la huella de su coordinador, Luis Garicano. Propuestas como la implantación del contrato único, o el recurso al sistema austriaco de compensación por despido, son viejas conocidas desde sus tiempos en el think tank Fedea. También es reconocible su animadversión hacia el sistema de financiación autonómica, al que no duda de tildar, en su entrevista con elEconomista, de "kafkiano".

Igualmente, su marcada vocación regeneracionista le ha permitido ejercitar una función crítica a la que vuelve a echar mano señalando, de forma acertada, vicios de la actual política como "el uso partidista de la Agencia Tributaria".

Tras su salto a Ciudadanos, a ese bagaje ya tan familiar, Garicano añadió el reto de elaborar una reforma fiscal en profundidad. La iniciativa es de una notable complejidad y ello puede explicar los puntos oscuros que el documento conserva y que ni el catedrático de la London School of Economics ni el líder de su partido, Albert Rivera, han podido despejar.

Ambos se obstinan en invocar los efectos, tan prometedores como difíciles de demostrar, que tendrán dos medidas tan genéricas como la reforma de las Administraciones y la lucha contra el fraude. Sólo a esta última, Garicano le atribuye, en abstracto, la capacidad de aflorar cerca de 20.000 millones. El economista vallisoletano tiene aún pendiente o bien demostrar cuáles son los bases teóricas, pero sobre todo empíricas, sobre las que se fundamentan esos números, o bien aclararlas con celeridad si son erróneos (tal y como hace con respecto a sus primeras declaraciones sobre el AVE). Es lo que cabe esperar para que la propuesta económica de C's gane en solidez.

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