La intervención bancaria más accidentada de los últimos años en España llega a los tribunales. El banco BPA recurre a los jueces para cuestionar el argumento principal usado para justificar la caída de su filial española, Banco Madrid. Sólo cabía liquidarla, según los administradores nombrados por el Banco de España, ante la retirada de depósitos de clientes asustados por las acusaciones de blanqueo de capitales sobre el BPA.
La entidad andorrana defiende, por el contrario, que existían activos cuya desinversión habría evitado la caída de un banco solvente. Es una sombra más que se cierne sobre un proceso plagado de precipitación y de contradicciones que el supervisor bancario ha evaluado sin autocrítica y cuyos verdaderos motivos están aún pendientes de esclarecer.
