Editoriales

El empleo crece y recupera inercias

Después del más que agridulce sabor de boca que dejó la EPA del primer trimestre, con una destrucción de empleo superior a los 100.000 puestos de trabajo, las cifras del Ministerio de Empleo, relativas al mes pasado, vuelven a parecerse a lo que cabe esperar del mercado de trabajo de un país que crece ya por encima del 3%. No en vano la afiliación fue la mayor registrada en un cuarto mes del año, con 175.495 personas más con respecto a marzo. Como resultado, el total de ocupados se encuentra en niveles propios de julio de 2012, superando la barrera de los 17 millones.

En paralelo, el número de individuos en paro mostró un descenso que roza los 120.000. Son cifras de una gran rotundidad que merecen celebrarse, sin dejar de analizar cuáles son las fuerzas que las han hecho posibles. Por un lado, es innegable que parte del mérito corresponde a la Semana Santa, como demuestra el hecho de que el sector servicios ganó 143.735 afiliados impulsado por un periodo vacacional que ha registrado cifras históricas en cuanto a ocupación hotelera. También merece destacarse el comportamiento del empleo público, cuya reanimación ya puso de manifiesto la EPA. No en vano las Administraciones incorporaron 4.679 afiliados más con respecto a marzo, casi 62.000 interanuales, una tendencia que ya ha motivado una advertencia de Bruselas.

El mercado laboral español se reanima, por tanto, pero mostrando un temprano afloramiento de sus inercias más tradicionales (empleo temporal en servicios y ocupación en las Administraciones), las cuales invitan a pensar que, más allá de los registros históricos, no se puede hablar de un cambio estructural, pese a la violenta catarsis que supuso la crisis.

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