Editoriales

Síntomas del despertar del crédito

El profundo saneamiento al que se sometió el sector financiero español, el estancamiento de la morosidad y, sobre todo, la debacle de la remuneración de los depósitos (que ha llegado hasta el 0,17%) están dando sus frutos en la banca de nuestro país. No en vano la diferencia entre sus ingresos y sus costes financieros creció más de un 1% el año pasado, según el Banco de España. La 'guerra' hipotecaria lleva a los tipos a los mínimos de la serie histórica

En principio, la recuperación económica permitiría ser optimistas a la hora de prever una mayor mejora de esos ratios, en la medida en que la recuperación económica debe impulsar el verdadero negocio bancario: la concesión de crédito. En particular, basta echar un vistazo a las cifras del mercado inmobiliario para percibir una prometedora recuperación de la demanda, como muestra el aumento del precio de la vivienda que ya se da en ocho autonomías.

Con todo, otro factor ha entrado en juego: la guerra que los bancos han entablado, para atraer la aún escasa demanda solvente de hipotecas, ha situado el interés medio de la cartera viva de este tipo de créditos en el 1,78%, el menor valor desde 2003. El crédito destinado a la financiación de empresas se halla, igualmente en mínimos históricos del 3,039%. Son niveles tan reducidos que, pese a beneficiar al cliente, si se reducen más, según los expertos, quedará comprometido el funcionamiento técnico de las entidades.

Conviene evitar esa zona de riesgo, al tiempo que la senda de normalización del crédito continúa allanándose y se potencia. Ésa era la gran asignatura pendiente de la recuperación española, una vez estabilizado el mercado laboral y reiniciado el crecimiento del PIB, para empezar a dar por doblegada la crisis.

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