
Los grandes números abundan en la compra de British Gas (BG) por Royal Dutch Shell. No en vano la adquisición, la más cuantiosa del sector en 10 años, dará a luz a la tercera mayor petrolera mundial. Sin embargo, la cifra que debe retenerse es la alta prima, del 52% sobre la cotización media de BG, que supondrá el desembolso de 64.000 millones por parte de Shell.
La ambiciosa oferta de la anglo-holandesa es comprensible en el marco de una estrategia que ya adoptó Repsol a la hora de hacerse con la canadiense Talisman. Es el momento de llevar a cabo aumentos de capacidad, protagonizando adquisiciones de compañías que se encuentran baratas y así aprovechar un momento del mercado que acabará modificándose.