Editoriales

El turismo, en guardia ante el ébola

El mercado, especialmente las empresas turísticas, dejaron ver ayer sus cautelas ante el diagnóstico de un caso de ébola en España. Se produjo un descenso de la cotización en este ámbito de actividad (aerolíneas, hoteles, aseguradoras...) del 3,24% de promedio en Europa. El golpe que encajaron las empresas dedicadas al transporte aéreo fue especialmente contundente, como demuestra la caída de 6,5 puntos que sufrió IAG, matriz de Iberia, en el parqué madrileño, mientras en Londres sufría una contracción similar. La hotelera NH, por su parte, experimentó una contracción del 4%.

Es una reacción comprensible ante una noticia de tanto calado como es el primer diagnóstico de una enferma de ébola en Europa. Ahora bien, pese al hito que esa información supone, es lógico esperar que la situación quede pronto encauzada. No estamos, por tanto, ante un problema biológico, de consecuencias económicas y sociales imprevisibles, sino ante una posible serie de fallos, sin duda graves, de procedimiento médico. Ni siquiera en zonas próximas a las regiones africanas afectadas por el ébola (Guinea, Liberia y Sierra Leona), como es el caso de Sudáfrica o de Kenia, se ha producido un descenso significativo de los viajes reservados desde Europa, con independencia del desarrollo futuro que pueda tener el brote de la enfermedad.

El sector turístico español, por su parte, se encuentra en un momento especialmente dulce, debido al crecimiento de la llegada de turistas extranjeros, y cuenta con una madurez que permite prever que supere los vaivenes de una situación que, una vez llevados a cabo los controles pertinentes y puestos en marcha los protocolos adecuados, se reconducirá.

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