Manuel Valls, el primer ministro francés, intenta con el nuevo Gobierno que nombró ayer reparar el error que cometió hace cinco meses, cuando incluyo en el Gabinete a un titular de Economía contrario a las reformas que necesita Francia. Ahora esta cartera la asume Emmanuel Macron, hasta ayer secretario general adjunto a la Presidencia.
El objetivo es rodear a Hollande de un equipo de fieles que asuma sin discrepancias medidas reformistas. El presidente de la República, Hollande, ya ha perdido mucho tiempo. Por eso la economía francesa hace aguas. El nuevo Gobierno adopta la austeridad y debe explicar a los franceses que no se trata de hacer lo que dice Merkel, sino lo que ha sacado del agujero a otros países y puede servir a Francia.