Producir energía con un menor coste y menores repercusiones sobre la factura que pagan empresas y usuarios es una oportunidad que no se debe dejar pasar. El presidente de Endesa, Borja Prado, anunció ayer que la compañía solicitará la reapertura de la central nuclear Santa María de Garoña, en Burgos, por otros diez años más. Una decisión acertada, una vez que ha desaparecido el motivo fiscal que causó el cierre de la central nuclear. El Gobierno ha aprovechado la tramitación de la norma de Fiscalidad Medioambiental para eximir a la planta del impuesto que gravaba de forma retroactiva el combustible nuclear gastado. La supresión del tributo aumenta la seguridad jurídica e incide positivamente en el consumo y la actividad económica.