Si a mediados de 2013, la mejoría económica sólo era apreciada por las grandes empresas, en el último trimestre se empezó a notar en la economía real. En noviembre el crédito a las pymes, que empezó a crecer tímidamente en octubre, aumentaba casi un 5%, lo que confirma un cambio de tendencia en un segmento cuyo crecimiento estaba condicionado por la falta de financiación. Lo mismo ha pasado con el comercio, que aprecia mejoras sensibles durante la campaña de Navidad y las rebajas. El sector privado tomó medidas desde el inicio de la crisis y empieza a recoger los frutos, aunque las buenas noticias se harán esperar en el empleo, que siempre es el último invitado al banquete de la recuperación. Sólo falta que el sector público esté a la altura de las circunstancias.
