Economía

La inversión de China en España se desploma en medio de las tensiones comerciales y la desaceleración económica

  • La economía china crece al menor ritmo en las últimas tres décadas

La inversión china en España se reduce drásticamente en el primer semestre de 2019, alcanzando la modesta cifra de 10 millones de dólares (8,87 millones de euros), según se desprende del estudio publicado por Baker McKenzie, despacho de abogados líder global. Comparando estos datos con el primer semestre de 2018 (donde las compañías chinas invirtieron por valor de 1.100 millones de dólares en nuestro país) se aprecia la influencia que han tenido los controles de capital establecidos por la administración de Pekín junto a las tensiones macroeconómicas globales y al progresivo aumento del control político y regulatorio en los países receptores de inversiones. Además, también podría estar influyendo la ralentización económica que sufre el 'gigante asiático', que incrementa la aversión a invertir y al riesgo de sus empresas.

Después de un fuerte comienzo en 2019, impulsado principalmente por el cierre de dos grandes transacciones, ya anunciados en 2018 (Shandong Ruyi-Lycra y Anta-Amer), la actividad se estabilizó rápidamente tanto en Europa como en Norteamérica.

Durante los primeros seis meses de 2019, las inversiones por parte de compañías chinas contabilizaron 12.300 millones de dólares en transacciones completadas en Europa y Norteamérica: 3.300 millones en Norteamérica y 9.000 millones en Europa. En comparación con otros años, el estudio de Baker McKenzie señala que la inversión china alcanzó su apogeo en Europa en el primer semestre de 2017 con 53.900 millones de dólares y en Norteamérica en el segundo semestre de 2016 con 28.400 millones de dólares respectivamente.

Esta situación se produce en un momento complejo para la economía china, que crece al menor ritmo desde 1992 en medio de una transformación de su modelo productivo desde una economía puramente exportadora a un sistema de mayor equilibrio entre consumo y ventas al exterior.

En palabras de Maite Díez, socia de M&A de Baker McKenzie, "los principales motivos del descenso de operaciones de inversores chinos son los controles de capital establecidos por el gobierno de Pekín, las tensiones comerciales con EEUU y el progresivo endurecimiento del escrutinio sobre las inversiones chinas en los principales países receptores. No obstante que la inversión en Europa sea tres veces mayor que en Norteamérica muestra que los inversores chinos aprecian la calidad de los activos empresariales europeos y consideran que las sinergias son adecuadas para sus empresas, aunque el aumento de las restricciones regulatorias en relación con las inversiones extranjeras en determinados activos les hace ser más cautos a la hora de llevar a cabo transacciones en volúmenes similares a años anteriores".

América del Norte y Europa no son las únicas regiones que han sufrido una disminución de la inversión china. La inversión global por parte de compañías radicadas en China se redujo aún más en el primer semestre de 2019, disminuyendo un 60% (hasta los 20.000 millones de dólares) las transacciones globales de M&A anunciadas recientemente por empresas chinas.

Los controles de capital en China

Los citados controles de capital establecidos en China han provocado que las empresas estatales renuncien a invertir en el extranjero: su actividad en Europa y Norteamérica ha disminuido significativamente, como muestra que las empresas privadas representen el 94% de la inversión combinada proveniente de China en ambas regiones. En Europa, la participación de las compañías estatales en la inversión total ha disminuido a niveles del 6%, tras haber representado más de la mitad de toda la inversión china durante los últimos cinco años.

Respecto al valor de las operaciones, el valor medio por transacción en América del Norte todavía está muy por debajo del promedio anterior al auge de 2015-16, con operaciones por valor medio de 35 millones de dólares en 2019 y 29 millones en 2018, apenas un tercio del valor medio por operación que se alcanzó en 2015, que era de 90 millones de dólares. El valor medio de las transacciones en Europa fue de 143 millones de dólares en el primer semestre de 2019, valores similares a la media de 149 millones de dólares por operación alcanzado en 2015.

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