
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) emitió esta semana su veredicto sobre el efecto que tendría elevar el salario mínimo a nivel federal desde los 7,25 dólares actuales hasta los 15 dólares a la hora. La decisión tendría efectos contrapuestos. Por un lado elevaría los salarios de 17 millones de estadounidenses en 2025 pero, a su vez, destruiría alrededor de 1,3 millones de empleos.
Según las proyecciones de la CBO, más que duplicar el salario mínimos desde los niveles actuales no solo beneficiaría directamente a 17 millones de personas sino que también beneficiará a otros 10 millones de estadounidenses que ganen algo más de 15 dólares, fomentando un incremento en sus pagas.
De esta forma, se incrementaría el salario anual de 1,3 millones de personas por encima del umbral de la pobreza y se elevarían los ingresos anuales totales de los trabajadores con bajos ingresos en 44.000 millones de dólares.
Pero elevar el salario base también "reducirá los ingresos de los negocios y elevará los precios" a medida que las empresas comienzan a pasar unos costes laborales más altos a los consumidores. También "reduciría ligeramente la producción nacional" dijo la agencia no partidista. A su vez también eliminaría hasta 1,3 millones de empleos.

En su análisis, la CBO también evaluó los efectos potenciales de aumentar el salario mínimo a hasta los 10 y 12 dólares por hora para 2025. En ambos casos el incremento tendrían efectos similares, pero algo más modestos tanto sobre los salarios como el empleo.
A comienzos de este año, los demócratas en la Cámara de Representantes encabezados por el legislador por Virginia, Bobby Scott, presentaron un proyecto de ley para aumentar gradualmente el salario mínimo federal hasta los 15 dólares para 2024. Según justifica el plan, este aumento sacaría a muchos estadounidenses del umbral de la pobreza impulsando a su vez el crecimiento económico.
Más de 200 congresistas demócratas, muchos de los cuales se enfrentarán a las urnas el año que viene, han respaldado el proyecto de ley. "Es difícil discutir con una política que reduzca la pobreza y la desigualdad, donde alrededor de 27 millones de trabajadores registrarían incrementos salariales considerables y donde menos del 5% de la fuerza laboral afectada podría tener sufrir negativos", considera Ben Zipperer, economista del Instituto de Política Económica (EPI, por sus siglas en inglés), un think tank con sede en Washington.
Dicho esto, aquellos que se oponen a elevar el sueldo mínimo alegan que duplicarlo no hará más que destruir los empleos debido a un incremento de los costes.