Economía

Japón retoma la caza comercial de ballenas después de 30 años

  • Tokio ha establecido una cuota de 227 cetáceos hasta finales de año
  • A lo largo del pasado año, los balleneros japoneses cazaron 637 animales

Cinco embarcaciones han zarpado este lunes del puerto de la ciudad nipona de Shimonoseki en el marco de la reanudación de la caza comercial de ballenas por parte del Gobierno japonés tras 30 años de suspensión, una decisión que ha suscitado numerosas críticas.

Para retomar la caza comercial de ballenas, Tokio ha establecido una cuota de 227 cetáceos hasta finales de año, según ha informado el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF, por sus siglas en inglés).

Los balleneros japoneses podrán cazar en las aguas territoriales y en la zona económica exclusiva de Japón 52 rorcuales aliblancos o Minke (Balaenoptera acutorostrata), 150 rorcuales de Bryde (Balaenoptera brydei) y 25 rorcuales boreales (Balaenoptera borealis).

"A partir de hoy, me gustaría que los balleneros realizaran la captura observando la cuota y buscando revitalizar la industria ballenera", ha indicado el titular de Pesca, Takamori Yoshikawa, citado por la agencia Kiodo.

Japón confirmó el año pasado la decisión de abandonar la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para reanudar la captura de ballena a partir este julio

El pasado año, Japón confirmó la decisión de abandonar la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para reanudar la captura de ballena a partir de julio de 2019, decisión que le valió fuertes críticas por parte de organizaciones ecologistas.

Japón se incorporó a la CBI en 1951, tres años después de la fundación del organismo, y suspendió la caza comercial de ballenas en 1988. Siguió capturando estos cetáceos "con fines científicos", aunque la carne de ballena se podía adquirir esporádicamente en supermercados y restaurantes.

El consumo de la carne de ballena en Japón se redujo de unas 233.000 toneladas anuales en 1962 (el equivalente de unos 2,4 kilos per cápita) a unas 5.000 toneladas en los años recientes, según las estadísticas oficiales. A lo largo del pasado año, los balleneros japoneses cazaron 637 animales, supuestamente con fines de investigación científica.

La primera estimación global del número de ballenas cazadas por el aprovechamiento industrial del siglo pasado revela que casi 3 millones de cetáceos fueron exterminados. Puede haber sido el mayor sacrificio de cualquier animal, en términos de biomasa total, en la historia humana, según un artículo publicado en Marine Fisheries Review en 2015.

La devastación por la caza de ballenas del siglo XX está bien documentada. Según algunas estimaciones, los cachalotes disminuyeron en un tercio de su población de antes de la caza de ballenas, y las ballenas azules llegaron a desaparecer en un 90%. Aunque algunas poblaciones, como las ballenas minke, se han recuperado en gran medida, otras - incluyendo la ballena franca del Atlántico Norte y la ballena azul antártica - siguen al borde de la extinción.

Una de las especies más amenazadas por la caza son las ballenas minke. El siguiente cuadro representa la población estimadas por la la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

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