
Hasta la fecha, Estados Unidos y China han impuesto aranceles sobre productos por valor de más de 360.000 millones de dólares. Según cálculos del Peterson Institute of International Economics (PIIE, por sus siglas en inglés) el gigante asiático ha reducido sus gravámenes a las importaciones del resto del mundo del 8% al 6,7% mientras a lo largo de 2018, los aranceles medios a los productos estadounidenses subieron del 8% hasta casi el 20% actual.
No obstante, la administración Trump prepara aranceles sobre bienes chinos adicionales por valor de 300.000 millones de dólares, lo que implicaría tasar todas las importaciones procedentes del gigante asiático.
Huawei también se ha convertido en un nuevo punto de inflexión entre Washington y Pekín desde que a mediados de mayo el Departamento de Comercio incluyese al fabricante de equipos de telecomunicación en su lista negra de entidades, lo que implica que las compañías y proveedores estadounidenses deban contar con una licencia del gobierno para mantener relaciones con la entidad china. Huawei estimó la semana pasada que esta decisión hará que los ingresos de la compañía se reduzcan en 30.000 millones de dólares a lo largo de este año y el que viene.
Una situación que no ha quedado sin respuesta. La segunda mayor economía del mundo también baraja implantar controles a sus exportaciones de lo que considera tecnología sensible. Según la agencia de noticias Xinhua, este mecanismo tendría como objetivo "prevenir y resolver los riesgos de seguridad nacional". Pekín también ha presionado a las multinacionales estadounidenses para que no se retiren del mercado chino, terminen sus joint ventures en el país o dejen de suministrar productos a los clientes chinos.
Al cierre de la última ronda de negociaciones y justo antes de que estas descarrilaran hace seis semanas aproximadamente, ambas partes habían logrado un progreso importante en algunos de los temas clave. Los equipos negociadores trabajaron desde finales de marzo en distintos memorandos de entendimiento escritos que cubrían un total de seis áreas entre las que se incluyen la transferencia forzada de tecnología y el robo cibernético, derechos de propiedad intelectual, servicios, divisas, agricultura y barreras comerciales no arancelarias.
En ellos se contempló, entre otras cuestiones, el compromiso de China por comprar más productos estadounidenses, incluida soja y productos energéticos, hasta 2025 y permitir a las compañías estadounidenses que operan en China poder contar con el 100% de propiedad extranjera en sus actividades en el país.
Breve cronología de la guerra comercial entre Washington y Pekín
3 de abril de 2018
La administración de Trump publica su lista de bienes chinos por valor de 50.000 millones de dólares y que incluye un total de 1.333 productos que enfrentarán un arancel del 25% en dos fases, la primera afectará a importaciones por valor de 34.000 millones de dólares y la segunda a un grupo de productos por valor de 16.000 millones de dólares. Los principales sectores afectados incluyen maquinaria, mecánica, electrodomésticos y equipos eléctricos. Aproximadamente el 85% de las importaciones objetivo de los gravámenes son bienes de capital, lo que amenaza con elevar los costes dentro de las cadenas de suministro de las compañías estadounidenses.
15 de junio de 2018
China emite su listado de productos estadounidenses por valor de 50.000 millones de dólares que se someterán a un arancel del 25%, incluidos muchos productos agrícolas y alimenticios. Pekín, al igual que Washington, planea activar los gravámenes en dos fases, primero cubriendo importaciones estadounidenses por valor de 34.000 millones de dólares a partir del 6 de julio de 2018, donde se incluye la soja. Los productos estadounidenses restantes por valor de 16.000 millones de dólares se cubrirán más adelante.
6 de julio de 2018
Los aranceles estadounidenses sobre bienes chinos por valor de 34.000 millones de dólares entran en vigor. Paralelamente, China también activa la primera fase de sus aranceles y tasa los primeros 34.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
23 de agosto de 2018
Tanto la administración Trump como el gobierno de Xi imponen la segunda fase de los aranceles sobre un total de bienes por valor de 50.000 millones de dólares. En ambos casos sus acciones alcanzan a un grupo de importaciones por valor de 16.000 millones de dólares.
17 de septiembre de 2018
EEUU finaliza su lista de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares a los que planea imponer un arancel del 10% que entraría en vigor el 24 de septiembre. Avisando que dicha tasa aumentaría al 25% a partir del 1 de enero de 2019. En esta ocasión se incluyen tanto componentes electrónicos como autopartes pero casi una cuarta parte de las importaciones afectadas son son bienes de consumo.
18 de septiembre de 2018
China retoca su lista de productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares a los que busca imponer gravámenes de entre el 5% y el 10%. Principalmente se incluyen productos medios y bienes de capital.
24 de septiembre de 2018
Ambos países activan sus respectivos gravámenes. En el caso de EEUU, un 10% sobre productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares. Pekín impone aranceles de entre un 5% y un 10% sobre importaciones estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares
1 de diciembre de 2018
Después de la reunión del G-20 en Buenos Aires, los presidentes Trump y Xi anuncian un acuerdo para detener la escalada arancelaria prevista en enero. Ambos países se comprometen a negociar un amplio acuerdo comercial. Washington pone un límite hasta el 1 de marzo. Si para entonces no se llegase a un acuerdo se elevarán los aranceles sobre productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares del 10% al 25%. Posteriormente, dado el progreso de las conversaciones, las distintas rondas se extienden hasta finales del mes de abril.
5 de mayo de 2019
En un giro inesperado, Trump anuncia vía Twitter que EEUU aumentará sus aranceles del 10% al 25% sobre bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares a partir del 10 de mayo de 2019. También indica que impondrá "en breve" aranceles del 25 por ciento al resto de importaciones chinas que llegan a EEUU por valor de más de 300.000 millones de dólares, la mayor parte productos de consumo final como juguetes, calzado, ropa y electrónica. Acusa a China de retractarse en los compromisos logrados. Posteriormente el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, reconocerá que el 90% del plan estaba acabado antes del colapso en las negociaciones.
10 de mayo de 2019
EEUU eleva sus aranceles del 10% al 25% sobre un catálogo de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares.
13 de mayo de 2019
China anuncia que como represalia a EEUU aumentará los aranceles sobre bienes estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares a partir de junio.
1 de junio de 2019
Pekín activa el incremento de los aranceles. Dado que China también ha bajado los aranceles a otros socios comerciales desde el comienzo del conflicto comercial, ahora hay una diferencia de 14 puntos porcentuales en el arancel medio impuesto por China a sus importaciones estadounidenses en comparación con el resto de sus socios comerciales, según cálculos del Peterson Institute for International Economics (PIIE) frente al resto de los bienes del mundo.