Economía

¿Son las rebajas fiscales la mejor receta anticrisis?

"Un dólar de gasto en infraestructuras es más eficaz para crear puestos de trabajo que un dólar en rebajas fiscales", recordaba recientemente Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, parafraseando un informe de Christina Romer y Jared Bernstein, asesores económicos de la nueva Administración de Estados Unidos.

Bajar impuestos y potenciar la inversión pública son las dos recetas por las que apuestan los grandes economistas para salir de esta crisis mundial, que ya se compara con la Gran Depresión. Pero mientras que para algunos, como Krugman, es mejor apostar por la inversión pública, otros defienden que es más eficaz traspasar de forma directa el dinero al bolsillo de los ciudadanos para animar el consumo.

En sus multimillonarios planes de estímulo, la mayoría de los Gobiernos occidentales han incluido estas dos recetas como respuesta anticrisis. Pero, al igual que los economistas, mientras unos apuestan por las rebajas fiscales como medida estrella, como es el caso de Reino Unido, otros se decantan por ingentes cantidades de inversión pública, caso en el que Alemania y Francia destacan con las cifras más altas dentro de Europa.

Francia lo rechaza de plano

El país galo, quizás aplicando de forma muy drástica las tesis de Krugman, ha descartado las bajadas de impuestos y opta por resucitar a la alicaída economía gala con un gran plan de 26.000 millones de euros enfocado en los sectores más afectados por la crisis, como el automóvil o la vivienda.

Sarkozy, que ya bajó los impuestos cuando llegó al poder por valor de 15.000 millones de euros, ha argumentado su oposición a una reducción fiscal aduciendo que en Francia no hay una crisis de consumo, sino "una crisis de inversión, de endeudamiento y de financiación", según dijo la semana pasada el ministro del Presupuesto, Eric Woerth, convencido de que una política de estímulo del consumo "aumentaría el ahorro y las importaciones".

Y es que, para el Gobierno francés, una bajada de los impuestos favorecería las importaciones, ya que se comprarían productos más baratos, como los procedentes de China.

Tampoco en España

En el caso de España, los diferentes planes anticrisis anunciados por el Gobierno tampoco recogen rebajas de impuestos de calado para el bolsillo de sus ciudadanos. Se ha optado por un sistema de liberación de recursos más que por una reducción de gravámenes. Entre ellos, destaca el cheque de los 400 euros que Zapatero aprobó antes de verano; el cheque bebé de 2.500 euros por hijo; el reintegro de las devoluciones del IVA en plazos mensuales o ventajas en la consolidación de grupos empresariales.

La única rebaja corresponde a la aplicación de un segundo plazo de la reducción de tipos en el Impuesto de Sociedades, que ya venía de la legislatura anterior. El Gobierno engloba estas medidas y las cuantifica en más de 12.500 millones de euros insuflados a las familias y a las empresas, aunque si nos centramos en las que benefician al bolsillo de los ciudadanos, éstas se limitan a 7.800 millones.

El Gobierno español sostiene que es mucho más eficaz para la creación de empleo el gasto en bloque por parte de las Administraciones Públicas en proyectos de interés general que la inyección directa de recursos adicionales a las familias y a las empresas. El decepcionante efecto de la devolución de los 400 euros en el consumo aparentemente le da la razón.

El caso alemán

Pese a resistirse a tener que sacar adelante un segundo plan de estímulo, la canciller alemana, Angela Merkel, dio luz verde a nuevas medidas por valor de 50.000 millones de euros este mes. Y las tensiones políticas en el seno de la coalición de Gobierno -que forma con los socialcristianos de la CSU y los socialdemócratas del SPD- le obligaron a tener que incluir rebajas fiscales. Pero éstas son mínimas, ya que consisten en elevar el mínimo exento de impuestos de 7.664 euros a 8.000, por lo que serán pocos los alemanes que noten esta bajada. La segunda medida que incluye el plan Merkel para contentar a sus socios de Gobierno es la rebaja del IRPF del 15 al 14%. Entre ambas iniciativas, se espera liberar 9.000 millones de euros.

Un cifra irrisoria si se compara con los 21.400 millones que Gordon Brown, primer ministro de Reino Unido, espera poner en el bolsillo de sus ciudadanos bajando el IVA del 17,5 al 15% desde diciembre pasado hasta principios de 2010. A diferencia de Zapatero, Merkel y, sobre todo, Sarkozy, Brown aún no ha sacado adelante un plan para incentivar la inversión pública, aunque sí lo ha anunciado. Nada se conoce sobre la cantidad a la que podría ascender, pero sí que creará 100.000 puestos de trabajo y que será "el equivalente" al plan norteamericano en este campo.

Y es que las cifras más llamativas, tanto en materia impositiva como en inversión en infraestructuras, son, como era de esperar, las de Estados Unidos. Ambos planes, tanto el elaborado por la Administración Bush como el que ha preparado Obama y que ya está en el Congreso, contemplan rebajas fiscales. Pero las del anterior inquilino de la Casa Blanca se quedarán cortas en comparación con los 214.000 millones de euros que el presidente afroamericano quiere poner en manos de los estadounidenses.

En materia de infraestructuras públicas, el plan de Obama prevé una inversión de 70.000 millones en construcción y energías renovables, entre otros sectores, lo que creará entre tres y cuatro millones de empleos. El caso es cómo se costeará todo esto y si sacará a las grandes potencias de la recesión.

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