
El capital privado lleva años posicionándose como un dinamizador de la economía real y una alternativa a la financiación bancaria a la que tradicionalmente ha estado ligado el tejido empresarial español. La toma de conciencia sobre el papel que juega esta industria en la economía ha sido progresiva, tanto a nivel de instituciones públicas como a nivel de empresarios, que poco a poco van perdiendo el miedo a apostar por este tipo de inversiones. Para este año, según los datos a los que ha tenido acceso elEconomista, el negocio del capital privado puede llegar a recibir unos 1.000 millones de euros por parte de instituciones públicas, que han visto en esta industria una buena alternativa para obtener rentabilidad a la vez que dinamizan las compañías locales.
Entre 2000 y 2017, el capital privado ha invertido alrededor de 44.000 millones en más de 7.500 empresas, impactando positivamente en empleo, facturación y resultado bruto de explotación (ebitda), según el informe Impacto económico y social del capital privado en las operaciones de middle market en España de la patronal del sector (Ascri), elaborado por el profesor José Martí Pelló.
En este documento se muestra que, durante estos años, las empresas participadas por fondos crearon 27.000 empleos totales frente a los 2.000 empleos que se destruyeron en las no participadas. El volumen de ventas de las 186 empresas participadas por el capital privado creció a una media del 8% anual y su ebitda al 7% anual, frente a la evolución del grupo de control: ventas (0,8%) y ebitda (-6,4%). Con estos datos sobre la mesa, no es de extrañar que diferentes organismos públicos se hayan animado a apostar por el sector, desde el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o Cofides, a distintas autonomías con sus vehículos propios.
El inversor ancla
En este sentido, hace apenas dos semanas se resolvió la undécima convocatoria de su programa Fond-ICO Global, la iniciativa para atraer inversión a España mediante el reparto de dinero a las gestoras en sus diferentes nichos de negocio -capital de expansión, de crecimiento, venture capital, deuda, incubación o transferencia tecnológica- que le ha llevado a recibir el título del "inversor ancla" del país.
Desde que se lanzó la primera convocatoria en 2013, el Fond-ICO Global ha repartido más de 1.860 millones a diferentes gestoras, tanto nacionales como extranjeras. Además, según ha podido saber esta publicación, los planes del ICO pasan por lanzar una nueva convocatoria después del verano y ampliar la dotación de éste en los próximos años.
Respecto a la última convocatoria del Fond-ICO Global, es llamativo que más del 36% de los fondos que se han presentado eran extranjeros. Esto es muy relevante porque una de las condiciones para acceder a este programa es que la gestora en cuestión se comprometa a invertir el 50% del fondo en España. Así, el ICO no solo consigue atraer inversión de gestores locales hacia compañías españolas, sino también de los grandes fondos internacionales. Por ejemplo, entre los ganadores de otras convocatorias aparecen fondos como BC Partners, que un año después de salir vencedor del Fond-ICO Global, desembolsó 550 millones para comprar Pronovias.
Otro de los inversores públicos relevantes es Cofides, que lanzó el pasado verano un vehículo para invertir 200 millones de euros en Oriente Medio, en el que participa también el fondo soberano de Omán y lo gestiona la firma española MCH. El objetivo de este fondo es ayudar a empresas españolas a internacionalizarse hacia esta región.
En palabras de Rodrigo Madrazo, director general de Cofides, "las gestoras españolas llevan ya muchos años invirtiendo en grupos nacionales. Tienen la experiencia de haber vivido varios ciclos económicos y son sensibles a qué sectores son más resilientes en épocas de crisis y qué inversiones son más interesantes en épocas de crecimiento".
Nuevos objetivos para Cofides
Madrazo adelantó a elEconomista Capital Privado que están estudiando el lanzamiento de más vehículos similares al de Omán. "La experiencia con este fondo está siendo muy positiva, pronto veremos materializadas las primeras inversiones. Esto nos hace ser muy positivos para repetir la experiencia atrayendo a otros fondos soberanos y por supuesto las buenas noticias atraerán el interés de otros fondos", explicó. "Actualmente estamos valorando ampliar el ámbito de nuestras inversiones a fases más tempranas en el desarrollo de las empresas y participar en inversiones en fase de crecimiento -venture capital- siempre, por supuesto, que exista una clara estrategia de internacionalización. Eso nos puede llevar a cooperar o coinvertir con otros inversores de diferente tipología como, por ejemplo, expertos en inversiones tecnológica", añadió el director general.