
Economista con un brillante currículo a sus espaldas, ha entrado en el Gobierno de la Junta como independiente -fichado por Ciudadanos- con la firme idea de que es posible cambiar el destino fatalista de la región.
Tras estos años de crisis, la convergencia de Andalucía con España y la UE está igual que hace 40 años, un 25 por ciento por debajo del PIB per cápita medio. ¿Cómo podemos superar esa brecha histórica?
Hay dos factores fundamentales, a grandes rasgos, que contribuirían a que la economía andaluza aumentara su tasa de crecimiento y fuera superior a la media nacional y que, por lo tanto, convergiera. Uno es el sector exportador. Ha habido un comportamiento extraordinario, tanto de empresas andaluzas como españolas, en el período de crisis. Ahí se ha producido un ajuste y una restructuración del aparato productivo que ha sido muy positivo, porque somos hoy capaces de exportar más que al principio del año 2008, cuando comenzó la crisis. El segundo factor es un tema meramente interno: necesitamos que en Andalucía las empresas intensifiquen las tecnologías de internet, en un sentido amplio. Y esto es porque el uso de nuevas tecnologías aumenta la productividad de las empresas al reducir los costes de producción, y hacerlas más competitivas. Si además de esto, hay empresas andaluzas que producen esas nuevas tecnologías, el panorama es mucho más favorable.
Más allá de los 600.000 empleos que prometió Juanma Moreno en campaña, vista la actual situación económica, ¿qué previsiones contempla para los próximos cuatro años?
Prever a un plazo tan largo es complicado. Ahora estamos en el 21,08 por ciento, según la EPA. Yo le diría que para finales de 2020 y principios de 2021, si las cosas no cambian de manera negativa por factores externos, la economía española debería ser capaz de encontrarse con una tasa de desempleo lige- ramente por encima el 10 por ciento y la economía andaluza debería estar en alguna posición entre el 10 y el 15 por ciento de tasa de desempleo. Aunque todavía serían muy elevadas, representaría una mejora sustancial respecto a la situación actual. De hecho, la mitad que hace unos años debido a la crisis.
Usted ha sugerido a los andaluces buscar empleo donde lo haya, pero su apuesta por la movilidad no parece que haya sido bien entendida...
Hay temas en política y en economía que parece que son políticamente incorrectos. Entonces, parece que hay aversión a hablar de ellos. Yo no he alentado con ninguna política o declaración a la movilidad. Me he limitado a decir lo que con estudios económicos sobre ese tema nos muestran: que hay una escasa movilidad. Pero, insisto, yo no estoy alentando a que la gente coja la maleta y se vaya a vivir ya ni dentro de Andalucía, a otra provincia. Lo que hago es describir la evidencia empírica de estudios que dicen que si hubiese más movilidad de la mano de obra dentro de Andalucía, la tasa de paro estructural se reduciría entre tres y cuatro puntos. Hay que ir a donde está el trabajo y hoy no le estamos pidiendo a las personas que se vayan a Alemania, como en los años 60. Hoy se trata de moverse dentro de la Comunidad, donde hay sitios maravillosos donde vivir y falta mano de obra.
¿Cree opina del aumento del salario mínimo interprofesional?
El efecto de la subida va por barrios, por geografías y por sectores económicos. Si hablamos de una región como Madrid o el País Vasco, que tienen grandes empresas, con niveles de producción muy altos, el impacto que sufren es nulo. En otras, afecta algo más. Pero, en conjunto, opino que es positivo para la economía española y para la andaluza.
¿Vamos a ver políticas económicas distintas en el Gobierno de Pedro Sánchez y el de la Junta? ¿Prevé una etapa de confrontación?
Lo primero va a pasar, porque mientras nosotros estamos aplicando ya una considerable bajada de impuestos, en el Gobierno Central se va a producir un incremento. Por lo tanto, ya se están produciendo medidas contradictorias acerca de la misma materia. Por lo demás, yo espero que haya honestidad y equilibrio cuando se modifique el modelo de financiación de las comunidades autónomas, ya que, con el actual modelo, Andalucía está claramente perjudicada.