
Una nación que es una isla, sufre una gran deuda y vive por encima de sus posibilidades. Posee una moneda que se desploma y un sistema financiero que está al borde de la nacionalización. Así comienza The New York Times una artículo en el que se compara la situación del Reino Unido con la de Islandia, que ha tenido que ser rescatada por el FMI y los países nórdicos. Jim Rogers sobre Reino Unido: "No pondría un solo centavo en él".
El diario estadounidense señala que con la libra esterlina en mínimos históricos respecto a las principales divisa del mundo y los bancos británicos cada vez más necesitados de inyecciones de liquidez por parte del Estado, no es de extrañar que los observadores hayan comenzado a referirse a Londres como la "Reykjavik del Támesis".
Aunque estas afirmaciones pueden parecer exageradas, señala el rotativo, existen incómodos paralelismos entre el derrumbe del sistema financiero de Islandia y la trayectoria de los bancos británicos. El diario considera igualmente importante que las últimas noticias sobre las pérdidas de las entidades financieras del Reino Unido han empujado al Gobierno a impulsar una nueva ronda de ayudas para el sector, algo que puede ser un ejemplo para Estados Unidos.
Colapso islandés
Los países nórdicos anunciaron el pasado 20 de noviembre la concesión de un préstamo conjunto de 2.500 millones de dólares (2.000 millones de euros) a Islandia, que se sumaban al crédito de 2.100 millones de dólares concedido al país por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Islandia vio como en menos de una semana se habían colapsado los tres bancos más importantes del país, que representan alrededor del 85% del sistema bancario islandés. Además, se produjo una caída abrupta de la divisa local, se desplomaron los mercados de capital y se produjeron graves alteraciones en la situación de pagos externos.
Igual que en Islandia, la libra esterlina (GBPUSD), uno de los símbolos de independencia británica con el Continente Europeo, se ha desplomado en las últimas semanas. Acumula una depreciación del 29% respecto al dólar en el último año. Esta misma semana, el Royal Bank of Scotland (RBS.LO), segundo banco británico, adelantó que sus pérdidas anuales podrían superar con creces los 20.000 millones de libras (22.132 millones de euros) y el Estado se vio obligado a aumentar su participación en la entidad hasta el 70% del capital.
"Apoyo las medidas que está tomando el Gobierno, pero existe un riesgo de convertirnos en la Islandia del Thamesis", reconoce a The New York Times Will Hutton, experto economista y presidente ejecutivo de Work Foundation, una firma de análisis sin ánimo de lucro.
El diario norteamericano destaca que en los últimos años, el sector financiero británico ha sido responsable de alrededor de la mitad de todo el crecimiento del empleo en Reino Unido, esto supone alrededor del 30% de la economía.
Los activos de los bancos británicos alcanzan una cifra que es 4,5 veces el Producto Interior Bruto (PIB) de Reino Unido, pero en Islandia esa cantidad asciende hasta 10 veces el PIB del país.