El sistema bancario británico debe ser sometido a cambios "profundos" para evitar que pueda repetirse en el futuro la crisis crediticia actual, ha señalado el presidente del organismo regulador del sistema financiero, Adair Turner. El actual sistema que regula la banca es muy "deficiente", resaltó en una conferencia organizada anoche por la revista The Economist, y prometió una mayor supervisión.
El responsable de la llamada Autoridad de Servicios Financieros (FSA, por sus siglas en inglés) agregó que se pedirá a las instituciones bancarias que, en el futuro, acumulen capital en los buenos tiempos a fin de que puedan quedar protegidas cuando se produzcan pérdidas en momentos de desaceleración económica.
Esta iniciativa sería similar al modelo de provisiones anticíclicas planteada por el Banco de España y que está contribuyendo a que las entidades españolas capeen mejor el temporal.
Adelantarse a los acontecimientos
Turner, al frente de la FSA desde el pasado septiembre, aseguró que los reguladores tendrán que buscar la manera de intervenir antes de que los riesgos en el sistema financiero queden fuera de control. "Los cambios que necesitamos para crear un sistema sólido en el futuro serán profundos", agregó.
Según admitió el presidente de la FSA, las autoridades fracasaron al identificar los riesgos que se acumulaban en el sistema financiero y que han llevado a la actual crisis global, una opinión que es compartida por banqueros, reguladores, bancos centrales, ministros de finanzas y académicos en todo el mundo. "Hemos fallado" a la hora de gestionar "un creciente déficit en la cuenta corriente, la expansión del crédito rápido y la subida del precio de la vivienda", señaló.
"Los mercados globales necesitan una mayor vigilancia, pero deben seguir siendo eficientes", señaló Turner. Por eso, en su opinión, el Banco de Inglaterra y el regulador tendrán que trabajar conjuntamente para "hacer lo necesario" de cara a ejercer un control más amplio sobre el sistema financiero.
Ante el deterioro de la crisis económica, el Gobierno británico dio a conocer el pasado lunes una serie de medidas para ayudar a los bancos a que vuelvan a otorgar préstamos a las empresas y las familias para activar la economía.