Economía

La llegada de Sánchez ralentizó el crecimiento e instaló la incertidumbre económica

  • La inversión se desploma y se frena el comercio exterior

Si bien es cierto que son varios los actores a concurso en la progresiva desaceleración del crecimiento mundial, en el caso de España la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno en junio del pasado año -tras vencer su moción de censura- ha instalado la incertidumbre sobre el futuro de la economía con revisiones a la baja de los principales indicadores, como es el del propio PIB que según el consenso de Funcas perderá vigor anotando un avance del 2,2% en 2019 dese el 2,6% registrado en el pasado 2018.

Pero al margen de las cifras gruesas, la llegada del Gobierno socialista se ha visto jalonada por un giro en la tendencia de los principales indicadores macroeconómicos, empezando por el PIB que, sin ser el más perjudicado, sí que registra un crecimiento medio del 0,6% en el primer semestre del pasado año contra el 0,55% entre los meses de junio y diciembre del pasado año.

Sin embargo, en el caso de las inversiones sí que se detecta el brusco cambio de tendencia, siendo el caso más llamativo. Así, la formación bruta de capital fijo sufrió un fuerte retroceso pasando de avanzar de al 2,2% de media durante los primeros seis meses de 2018 para caer al 0% tras la llegada de pedro Sánchez al Ejecutivo.

Esta es la misma situación que se reproduce en los sintomáticos del intercambio de bienes y servicios con el resto de países. En el caso de las exportaciones, hasta la salida de Mariano Rajoy, España se encontraba inmersa en una tendencia de crecimiento medio del 0,5%. Algo que cambió en el segundo semestre del pasado ejercicio, cuando se pasó a una reducción de las ventas al exterior del 0,05%. También las importaciones de bienes y servicios cayeron en esa disyuntiva desde incrementos medios del 1,3% entre enero y junio de 2018 a retroceder un 0,45% en la segunda mitad del año.

A todo esto, y en plano nacional, hay que sumar la inseguridad que genera la canalización de ciertas medidas de gasto en pleno periodo electoral que comprometen las cuentas públicas en términos de déficit, más aún ante la falta de un Presupuesto que soporte las partidas de gasto.

Tendencia internacional

También resulta fundamental recordar que esta misma situación se viene reproduciendo en la mayoría de los países desarrollados de occidente con motivo de lo que los expertos han calificado como un agotamiento del ciclo expansivo de la economía.

De este modo, la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) rebajó recientemente la previsión de crecimiento de la zona euro en ocho décimas hasta el 1% (el ritmo más lento desde 2013), por debajo de las estimaciones de la Comisión Europea y de las firmas financieras más importantes. Por otro lado, la economía mundial crecerá un 3,3%, dos décimas menos de lo previsto. La incertidumbre política, las tensiones comerciales y la erosión de la confianza empresarial y del consumidor están detrás de este descenso de las previsiones de crecimiento.

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