
La aprobación de la contrarreforma laboral anunciada que busca impulsar el Gobierno pende de un hilo por la discrepancias de los partidos entorno a aristas concretas de los elementos que se pretenden modificar antes de las elecciones del 28-A.
Concretamente, el Gobierno llegó a un acuerdo con los sindicatos para vuelta a la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, la recuperación de la utraactividad de los convenios, la modificación de la política de subcontratación y el control de los horarios. En estos cuatro aspectos, el reto del Gobierno es poner de acuerdo a PDeCAT, PNV y Podemos, con posiciones distintas entre ellos.
En este sentido, parece que los partidos nacionalistas habrían alcanzado un acuerdo con el Gobierno, que recogería una modificación de la prevalencia, dando primacía al convenio sectorial en materia de salario y horas extra, pero no en la estipulación de jornadas o turnos. Además, se establece que la subcontratación deberá respetar a partir de este momento las condiciones del sector correspondiente a la actividad subcontratada y no las del convenio de la empresa que realiza el servicio, ni por el del sector de actividad principal de la empresa prestataria.
Además, en este documento, que confirman a elEconomista fuentes cercanas a la negociación es sobre el cual está trabajando el Gobierno en estas semanas con los agentes sociales, se rechaza de plano la recuperación de la ultraactividad y se rebaja la potencialidad del control de horarios de la jornada laboral a un versión "más flexible" de negociación colectiva del cada convenio empresarial.
En este punto, desde Podemos rechazan este documento y aseguran que tras los contactos con el Ejecutivo el pasado mes "no hemos vuelto a tener noticias del Ministerio de Trabajo". Este contacto, se llevó a cabo para trata de articular un documento que por un lado "rebaja las exigencias de Podemos de octubre" pero "sin empeorar la reforma de 2012", a diferencia del texto pactado con los nacionalistas.