
Jens Weidmann ha sido elegido por el Gobierno de Alemania para ocupar la presidencia del Bundesbank (banco central del país) durante otro mandato de ocho años. Esta elección puede tener como objetivo el asalto final de Weidmann a la presidencia del Banco Central Europeo, cuyo timón queda sin capitán en octubre de este año.
Mario Draghi, actual presidente del BCE, dejará su puesto el último día de octubre, lo que deja uno de los cargos europeos más jugosos en el aire. La política monetaria ha ganado en relevancia en los últimos años, la influencia de los bancos centrales en la economía parece haberse incrementado desde la última crisis y los gobernantes de los países europeos quieren tener a un hombre de confianza al mando del organismo que determina el precio del dinero.
Jens Weidmann es considerado un 'halcón' en jerga monetaria. Esto quiere decir que es un defensor de unos tipos de interés altos (al menos más altos que los actuales) y de un menor grado de liquidez en el sistema financiero. El perfil de Weidmann contrasta con el de Mario Draghi, famoso por haber llevado los tipos a niveles negativos en la Eurozona y por poner en marcha el programa de compra de activos que ha permitido al BCE adquirir deuda de países y empresas en los mercados secundarios de deuda.
No será favorito
No obstante, a pesar de este movimiento para llevar a Weidmann hasta la sede del BCE en Frankfurt, el alemán está lejos de ser claro favorito. La canciller Angela Merkel ha dejado entrever que prefiere la presidencia de la Comisión Europea, con Manfred Weber como candidato para suceder al Jean-Claude Junker, al mando de la CE desde 2014.
Según el último sondeo realizado por Bloomberg, Weidmann tiene ahora un 25% de probabilidades de alcanzar la presidencia del BCE. El presidente de la institución como el resto de miembros del Comité Ejecutivo son nombrado por el Consejo Europeo por mayoría cualificada.
Erkki Liikanen, ex presidente del Banco Central de Finlandia, es el principal favorito con un 39% de probabilidades, tres puntos porcentuales más que François Villeroy, gobernador del Banco de Francia.
El tercero en discordia es el propio Benoit Coeure, que en principio debería quedar descartado porque los tratados europeos impiden la reelección de un miembro que ya forma parte del Comité Ejecutivo, sin embargo, juristas consultados por el banco germano Commerzbank creen que si Coeure abandona su puesto antes de noviembre sería técnicamente legal su elección como presidente del BCE. El elevado grado de conocimiento del francés de la institución y el continuismo que supondría para la política monetaria le hacen entrar en las quinielas.