Economía

La tecnología podría provocar el próximo shock a la economía global

  • "El mayor daño podría ser la erosión de la confianza en la tecnología"
Foto de Alamy

La revolución informática se ha convertido en uno de los pilares para el crecimiento global, pero, a su vez, también ha sumado riesgos tecnológicos a la economía mundial. Mientras que los expertos calculan que una caída masiva de Internet durante algunos días tendría un efecto económico relativamente pequeño, un ataque que destruya este tipo de infraestructura de forma prolongada sería mucho más dañino.

"El mayor daño podría ser la erosión de la confianza en la tecnología, lo que llevaría a reducir la innovación y generaría un menor crecimiento de la productividad", señala Vicky Redwood, asesora económica de Capital Economics. Según explica en un informe distribuido entre sus clientes, existen varias formas en la que podría producirse un shock tecnológico adverso. Lo que se suma a otros muchos riesgos convencionales para la economía.

Una de ellas podría ser un fallo generalizado en alguno de los programas de software de consumo masivo, así como en los sistemas operativos que alimentan desde ordenadores, tablets, smartphones y demás gadgets. Otra podría estar provocada por un sabotaje deliberado de los que Redwood define como "hacktivistas". En este caso, episodios como el pirateo de la red eléctrica ucraniana en 2015 o el ataque cibernético que en 2017 anuló el sistema de gestión de visitas del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, son solo un pequeño aperitivo de lo que podría ocurrir.

De todas formas, el efecto de un shock tecnológico dependerá de su naturaleza. Una interrupción temporal de Internet probablemente no tendría un impacto tan grande, por varias razones. En primer lugar, se estima que existen bastantes probabilidades de encontrar una solución relativamente rápido.

Por otro lado, las empresas, en particular las de mayor tamaño, cuentan ya con planes de contingencia para actuar en caso de que esto ocurra. Al mismo tiempo, parte de las actividades dependientes de una red de conectividad a Internet todavía podrían llevarse a cabo por otros medios. Finalmente, la gente podría recuperar el trabajo perdido una vez se recuperase el servicio.

La caída de internet y el PIB

Desde Capital Economics estiman que, si Internet se cayera durante algunos días, el PIB global se reduciría solo en un 0,1% aproximadamente y la economía se recuperaría rápidamente.

Dicho esto, los costes económicos subirían mucho más si las interrupciones temporales se convirtieran en una situación habitual. Las empresas se verían obligadas a reducir su dependencia de Internet, lo que llevaría a unos costes más elevados y una productividad mucho más débil. La confianza en la tecnología se debilitaría, resultando en una menor innovación y un menor avance productivo a futuro.

Pero una caída generalizada y prolongada de Internet no es el peor de los escenarios. Los ataques cibernéticos en infraestructura clave, incluidas las redes de energía y transporte, o en el sistema financiero se traduciría en una pérdida que, en este último caso, desataría fugas de capital generalizadas. Un fallo en el sistema también podría provocar una pérdida irreparable de datos que podría afectar a las empresas durante meses.

"El impacto inicial de cualquiera de estos episodios puede no ser tan malo, pero pronto podría crearse un efecto bola de nieve", advierte Redwood, quien indica que las empresas enfrentarían problemas el flujo de su caja y algunas podrían incluso no poder enfrentar pagos. "Los bancos sufrirían pérdidas y recortarían los préstamos mientras la economía podría caer rápidamente en una espiral bajista, con un impacto inicial en la oferta, que también podría tener un impacto adverso en la demanda", añade.

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