
La marca de bicicletas Kent International, con sede en EEUU, está poniendo en marcha una sencilla estrategia que permite burlar los aranceles que Donald Trump ha impuesto a cientos de bienes fabricados en China. Con esta 'escapatoria', el fabricante pretende revertir las subida de precios que ha tenido que aplicar a sus bicicletas tras un aumento de los costes que ha alcanzado los 20 millones de dólares al año, sólo por la imposición de aranceles.
Arnold Kamler, director ejecutivo de Parsippany, otra firma de bicicletas con sede en Nueva York, comenta en declaraciones a Reuters que "no ha tenido otra opción que salir de China lo antes posible".
No vuelven a EEUU
No obstante, los fabricantes de bicis no han trasladado sus puntos de fabricación a EEUU, sino que han buscado o están buscando otros países con unos costes laborales similares a los de China pero que no soporten unos aranceles tan elevados como lo que Trump ha impuesto al gigante asiático.
KPMG: "Esta es una tendencia a medio y largo plazo que no va a explotar en un año... cada vez más compañías van a empezar a tomar esta perspectiva"
Kent International planea mover su punto de fabricación a Camboya, donde fabricará sus bicis pero podrá seguir importando los inputs de China necesarios para hacer el producto final que se vende en EEUU.
Esas bicicletas pueden pasar las fronteras de EEUU sin aranceles porque la normativa del país permite la entrada 'gratis' de los productos que hayan recibido en Camboya al menos un 35% del valor añadido.
Según destacan desde Reuters, esta técnica está siendo implementada por otros fabricantes de bicis del país y otros sectores industriales. Aunque pocos se atreven a dar publicidad a este movimiento, este ejemplo deja entrever que los fabricantes podrían estar evitando los aranceles sin la necesidad de llevar sus puntos de producción a EEUU, que era uno de los principales objetivos de Donald Trump.
Las industrias que no son intensivas en capital (maquinaria, tecnología e instalaciones) y que no requieren un capital humano excesivamente cualificado pueden trasladar sus centros de operaciones hacía otros países de Asia rápidamente y sin hacer ruido.
Brett Weaver, consultor en KPMG, comenta que "esta es una tendencia de medio y largo plazo que no va a explotar en un año... cada vez más compañías van a empezar a tomar esta perspectiva".
Un movimiento que gana fuerza
Varias compañías han aprovechado los aranceles impuestos por EEUU para dar el paso definitivo y salir de un país que no es lo que era para la industria. Los costes laborales en China han subido con fuerza en las últimas décadas a medida que el país se desarrollaba, el nivel de vida avanzaba y la economía se convertía en la segunda potencia indiscutible.
Hace 30 años, cuando Kamler se instaló en China los costes laborales eran muy atractivos si se comparan con los de EEUU u otros países desarrollados. Ahora, la mano de obra en China no es barata, a lo que habría que sumar los portes del transportes y ahora los aranceles. Al final muchas empresas dando un paso que ya tenían pensado dar hace tiempo.
El movimiento tiene que ser rápido. Kent fabrica en China el 90% de los 3 millones de bicicletas que vende EEUU en Walmart o Target. Las ventas se han visto seriamente deterioradas tras el incremento de precios que ha tenido que implementar el fabricante como respuesta a los aranceles aprobados en septiembre.
La nueva fábrica de Kent en Camboya costará unos 20 millones de dólares, una cantidad similar al incremento de costes que afronta la firma por la imposición de aranceles a China. Además, si las negociaciones entre Pekín y Washington no prosperan los aranceles podrían pasar del 10 hasta el 25%, lo que sería letal para el fabricante de bicicletas.
Otra firma reconocida en el mundo del ciclismo, Specialized Bicycle Components, ya ha movido parte de su producción desde China hacia Camboya, Vietnam y Taiwan. Si esta tendencia se fortalece habrá que ver si Trump toma nuevas medidas contra otros países.
Según datos de Reuters, en 1970 se producían más de 15 millones de bicicletas en EEUU al año. Ahora, esta cifra ni siquiera llega a las 500.000 que además usan piezas, aluminio y otros componentes que probablemente han sido importados. Hoy, el 94% de las bicis importadas vienen directamente de China.