
El Gobierno se encuentra ante un momento crítico. El anuncio de ERC y su enmienda a la totalidad del proyecto de Presupuestos Generales del Estado significa quedarse sin los apoyos necesarios para impulsar las Cuentas... pero esto no tiene por qué suponer el final de la legislatura. Tanto los partidos independentistas catalanes como el PNV avalan que Pedro Sánchez se mantenga al frente del Ejecutivo hasta 2020.
La intención que hay detrás de este aval está claro: impedir unos comicios que, dados lo resultados arrojados por varias encuestas, podrían acabar dejando el Gobierno en manos de la derecha, gracias a la alianza que acabarían conformando Partido Popular, Ciudadanos y Vox, que se espera que entre en el Congreso en los próximos comicios. Y esta es una posibilidad que los partidos que formaron la alianza de la moción de censura a Mariano Rajoy no quieren ni desean.
El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, ha sido el primero en mojarse, antes de entrar a la reunión de la Mesa de Portavoces. Según él, Sánchez tiene "un margen amplio para aguantar con los Presupuestos adaptados" en caso de que el proyecto de nuevas Cuentas no saliesen adelante. Además, aclaró que su formación no se plantea apoyar ninguna de las tres enmiendas a la totalidad que se debatirán y votarán los próximos 12 y 13 de febrero.
Carles Campuzano: "Esperamos resultados y un pacto entre el Gobierno y el Govern en próximas horas o días"
Fuentes de PDeCAT mantienen una postura parecida. Consideran que no es necesario adelantar las Elecciones Generales, dado el escaso plazo que hay para que se celebren en su fecha oficial, en junio de 2020 como tarde. Con todo, su portavoz en el Congreso, Carles Campuzano, a pesar de la amenaza de registrar su propia enmienda a la totalidad a los Presupuestos de su partido, considera que es posible un acuerdo para que esto no ocurra. "Esperamos resultados y un pacto entre el Gobierno y el Govern en próximas horas o días", reconoció, optimista ante la buena marcha de las negociaciones.
En este sentido, PDeCAT pone una sola condición: una mesa de diálogo de partidos para abordar la situación política catalana, que incluya un negociador o un mediador, a lo que se ha abierto el Gobierno. Un notario, se ha llegado a oír hoy en los pasillos del Congreso. "Es determinante", precisó Campuzano.
De hecho, los mimbres del acuerdo están bastante avanzados. Así lo indicó ayer el Ejecutivo, que también apuntó que la figura que se generará será, en cualquier caso, la de un "relator" y no un mediador, que será una persona "neutral y elegida de común acuerdo". A última hora de hory se llegó a decir que este rol lo desempeñaría alguien del PNV. Sin embargo, los vascos aseguran que esta posibilidad no se les ha ofrecido y el Govern no ha hecho declaraciones al respecto.
ERC no baja pretensiones
En cambio, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) mantiene sus exigencias. En rueda de prensa, Joan Tardà, líder de la formación en Madrid, insistió en pedir una mesa de negociación en la que se aborde una opción democrática para el autogobierno de Cataluña y que el Gobierno inste a la Fiscalía del Estado a rebajar sus acusaciones que pesan sobre los presos políticos acusado por su vinculación con el procés.
"La pelota está en el tejado del Gobierno español", añadió y recordó que aunque ERC es "flexible" no amenaza en vano: "No usamos dobles lenguajes". Aseguró que su formación mantendrá la enmienda a la totalidad de los Presupuestos, que registró hoy mismo en el Congreso, si no se cumplen sus exigencias, aunque también matizó que son "flexibles" en la negociación. ¿Implica esto que las rebajará si es necesario? No lo aclaró.
Además, dejó un mensaje al PSOE: "Me pregunto qué haría el PSOE si tuvieran a Sánchez en la cárcel y a Susana Díaz en el exilio".
Pesimismo
Mientras, en el PSOE se muestran pesimistas. "Las negociaciones con el soberanismo no son nunca sencillas", ha indicado Adriana Lastra, portavoz de los socialistas, que ha recordado que la única vía de negociación que ponen sobre la mesa para ERC son los propios Presupuestos. Por ello, pidió a la formación que retire la enmienda a la totalidad y se aborde lo que se tenga que abordar en las enmiendas parciales. Sobre la posibilidad de un adelanto electoral, comentó que esa decisión descansa en el presidente del Gobierno.
En cambio, el más fiel aliado parlamentario del Ejecutivo hasta ahora en los Presupuestos, Unidos Podemos, no ve viable que se agote la legislatura si no se aprueba el proyecto. "Lo tiene muy difícil para llegara hasta 2020 con tan poca presencia parlamentaria", indicó Irene Montero, portavoz de la formación morada. Con todo, aseguró que el partido de Pablo Iglesias hará labores de mediación para desatascar el veto a los Presupuestos proclamado por ERC. "Haremos un trabajo de mediación con discreción, como venimos haciendo hasta ahora".
Matizó además que hay límites para la negociación. "No puede haber monedas de cambio en el diálogo de las Cuentas, las más sociales que se han tramitado", indicó.
Posibilidades en el aire
Con todo, el fracaso de los Presupuestos no implicaría que las medidas contenidas en ellos embarrancaran. Según ha podido saber elEconomista, el Gobierno baraja tramitar algunas de las subidas de impuestos prometidas en las Cuentas con decretos de ley previamente pactados con los partidos nacionalistas.
Esta idea se maneja para la creación de un tipo mínimo del Impuesto de Sociedades – del 15 por ciento – y la subida del IRPF a las clases más altas, iniciativas que tendrían escaso impacto en Cataluña y País Vasco.