Economía

Trump pone el foco comercial en la UE y prepara aranceles a la automoción

Foto: Archivo
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A medida que la tregua entre Washington y Pekín comienza a dar tímidos frutos - no es casualidad que China comprara al menos un millón de toneladas de soja estadounidense el pasado viernes -, la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pone sus miras en la Unión Europea, un socio comercial con el que la mayor economía del mundo registra su segundo mayor déficit comercial, después del gigante asiático.

Según los datos del censo estadounidense entre enero y octubre del año pasado, la brecha comercial con Europa alcanzaba ya los 139.121 millones de dólares mientras que en el conjunto de 2017 se situó en los 151.400 millones de dólares. Cabe recordar, eso sí, que la primera gran economía solo registró un superávit comercial con Europa en bienes agrícolas (5.200 millones de dólares) así como productos electrónicos (2.500 millones de dólares) en 2017.

Cifras que empañan unas conversaciones ya en marcha, donde el representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, y la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, buscan metas distintas.

La UE solo plantea un acuerdo que incluya productos y bienes industriales; EEUU pide más

"En las últimas semanas, las rondas de negociaciones han puesto de manifiesto importantes diferencias entre ambos", destaca César Rojas, economista de Citi, quien señala como la UE solo plantea un acuerdo que incluya productos y bienes industriales, mientras que los objetivos de EEUU incluyen también el sector agrícola y otras posibles "píldoras envenenadas".

En este sentido, las miras se dirigen al próximo 17 de febrero, cuando del Departamento de Comercio tendrá que presentar sus conclusiones sobre la amenaza que la industria automotriz extranjera supone para el país, paso preliminar para activar aranceles a vehículos y autopartes que podrían alcanzar el 25%. La UE podría obtener inicialmente una exención temporal de estos gravámenes una vez se establezcan sin embargo Washington mantendrá su como moneda de cambio para negociar otras demandas.

El sector automovilístico es uno de los grandes escollos en las relaciones comerciales entre ambos

Según Bloomberg, la UE está preparada para tomar represalias por 22.700 millones de dólares sobre productos estadounidenses si Trump acabase por implementar aranceles a la industria automotriz europea.

Desde Citi consideran que un gravamen del 25% al sector reduciría el PIB global en aproximadamente 0,1 puntos porcentuales en cuatro trimestres, con Alemania entre las economías más afectadas por la medida. Si también tenemos en cuenta el contraataque europeo, la situación borraría en total 0,2 puntos porcentuales este año y 0,3 puntos porcentuales en 2020 a la economía mundial.

"Esperamos que, aunque EEUU utilice los aranceles automovilísticos para influenciar las negociaciones comerciales con la UE pero que finalmente se evite una escalada total de las tensiones comerciales", reconoce Rojas.

No obstante, el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Charles Grassley, señaló a mediados de enero que Trump podría cumplir con su amenaza arancelaria en un intento por impulsar un nuevo acuerdo comercial con la UE. "Creo que el presidente está inclinado a hacerlo. Creo que Europa está muy preocupada por esos aranceles ... Puede ser el instrumento que haga que Europa negocie realmente", manifestó.

Por otro lado, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo que aún está por ver cuánto progreso se ha logrado en las negociaciones comerciales entre EEUU y China, pero que el presidente Donald Trump espera poder lograr un acuerdo antes del plazo del 1 de marzo. "Todavía hay mucho trabajo por hacer", afirmó Hassett, director del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en una entrevista con CNBC.

Precisamente, en un informe publicado por Naciones Unidas y titulado Las guerras comerciales: el dolor y el beneficio, señaló que "los aranceles bilaterales alteran la competitividad global en beneficio de las empresas que operan en países que no están directamente afectados por ellas". Es por ello por lo que predijo que la Unión Europea sería el mayor ganador, llevándose a casa unos 70.000 millones de dólares adicionales en comercio si las negociaciones en curso entre Washington y Pekín no llegasen a buen puerto.

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