
Europa pasa al contraataque para desmantelar los zarpazos proteccionistas de Donald Trump. La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, anunció ayer que Bruselas llevará a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para eliminar los aranceles que impuso Washington a la aceituna negra española. La sueca indicó que estas tasas adicionales "no tienen justificación" y atentan contra los principios de la OMC. La Comisión Europea (CE) ha tratado el tema con sus interlocutores estadounidenses "en numerosas ocasiones" y continuará defendiendo "vigorosamente" el interés de los productores españoles.
Trump y el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, acordaron revisar los aranceles que impuso el primero a productos europeos, como parte del diálogo comercial que abrieron el pasado julio. Sin embargo, su Administración se inclina más hacia imponer nuevos gravámenes, como a los coches europeos, que a retirar los existentes. El ministro de Agricultura, Luis Planas, valoró el paso dado por la UE. "Nos parece que los productores de aceituna de mesa son exactamente igual que los del automóvil o el acero y merecen toda la consideración y protección de la UE", subrayó ayer en Bruselas. "Esperamos que haya una receptividad por parte de EEUU sobre el tema", comentó.
Nuestro producto fue la primera víctima de las arremetidas de Trump contra las exportaciones europeas, incluso antes que el acero y el aluminio europeos. Trump impuso una primera ronda en noviembre de 2017, en un gesto que hizo temblar a Bruselas por temer que pudiera cuestionar las subvenciones de la Política Agrícola Común. El gravamen ha llegado a alcanzar el 34,75%. A pesar de estar respaldados por ayudas públicas, la CE argumenta que los pagos directos a los aceituneros están desacoplados de la producción y forman parte de las subvenciones permitidas por la OMC.