Guerra comercial, frenazo de China, Brexit descarrilado, la expansión del populismo... El caldo de cultivo para la inestabilidad y la incertidumbre, las peores enemigas de los negocios, gana densidad. Y pese a que la inestabilidad política es mayor en nuestro país que en otros lugares, los ejecutivos españoles son algo más optimistas que sus colegas del exterior. Según la encuesta publicada ayer por PwC, coincidiendo con la apertura del foro de Davos, un 41 por ciento de los líderes del sector privado en España continúa "muy confiado" sobre sus ingresos para los próximos 12 meses, frente al 35 por ciento de la media global. La caída de su optimismo también es mayor respecto al pasado año. Un 50 por ciento mantenía esta confianza en 2018, frente al 42 por ciento de fuera.
Respecto a la economía global, los CEO españoles son más tibios. Solo un 21 por ciento piensa que mejorará, frente al 42 por ciento del resto de países. "El sentimiento que domina este año es el de prudencia frente a la creciente incertidumbre", advirtió ayer el presidente global de PwC, Bob Moritz, quien comentó que la marcha de la globalización, que se consideró imparable en las pasadas cuatro décadas, encara obstáculos políticos. "Solo el tiempo dirá si son permanentes o temporales". Pero, como respuesta, las compañías están deteniendo planes de expansión y buscando crecimiento en áreas que dominan o mercados locales".
Respecto a los desafíos, los líderes empresariales comparten un mapa de riesgos similar, aunque con variaciones según regiones. En Europa occidental, la principal preocupación es el exceso de regulación (33 por ciento), el populismo (30 por ciento) y la incertidumbre política (30 por ciento). En América del Norte preocupan las ciberamenazas (45 por ciento), las disputas comerciales (44 por ciento) y el proteccionismo (38 por ciento). En Asia y Pacífico, el principal riesgo son los conflictos comerciales (38 por ciento), la mano de obra cualificada (35 por ciento) y el proteccionismo (34 por ciento).