
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, Josep Borrell, llegó ayer a India en un viaje con un marcado contenido económico, ya que entre sus objetivos está impulsar la presencia de empresas españolas en un país que es ya la sexta economía del mundo, que crece a tasas de un 7 por ciento anual y que está a punto de alcanzar a China como el más poblado del mundo, aunque con elevadas tasas de desigualdad.
Borrell es uno de los invitados a participar en los Diálogos Raisina, en cuya organización colabora el Ministerio de Exteriores indio, y aprovechará para mantener contactos políticos con miembros del Ejecutivo del país, además de con otros dirigentes.
En una conversación informal con los periodistas en el avión que le ha llevado a Nueva Delhi, el ministro y el equipo que le acompaña han esbozado las líneas de una relación que aún es incipiente pero que tiene un potencial de cifras abrumadoras. A modo de ejemplo, India necesitará 40.000 vagones de tren para renovar su red ferroviaria, y una extensa red hidroeléctrica, nuclear, solar y eólica para dar suministro eléctrico a su población y, al mismo tiempo, descarbonizar su economía.
Junto a las perspectivas de negocio a largo plazo, el ministro tratará de impulsar también otros proyectos más inminentes, como la firma de un contrato ya adjudicado, pero no rubricado aún, para construir 56 aviones de transporte militar C-295 de Airbus, de los que 16 se fabricarán en España.