
El Mecanismo Único de Supervisión (MUS), el organismo dentro del Banco Central Europeo (BCE) encargado de la supervisión bancaria, quiere intensificar la vigilancia de aquellas entidades con mayores riesgos ligados al lavado de dinero con la creación de una oficina propia contra este tipo de delito.
Así lo indicó hoy la presidenta del MUS, Danièle Nouy, en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, dónde abogó por adoptar un "enfoque más europeo" para combatir el lavado de dinero.
Nouy explicó que el BCE quiere intensificar el trabajo en este sentido creando una "función e coordinación" para todos los temas relativos a la lucha contra el lavado de dinero dentro del sistema de supervisión del BCE, que tomaría la forma de una "Oficina contra el Lavado de Dinero".
Entre sus funciones, estaría crear una "Red contra el Lavado de Dinero" de la que formarían parte los equipos de supervisión conjunta que se encargan de "los bancos cuyos modelos de negocio llevan a un nivel más alto de riesgos de lavado de dinero".
Un "centro de experiencia"
Además, actuaría como un punto único de entrada para todo el intercambio directo de información entre el BCE y las autoridades nacionales encargadas de vigilar el lavado de dinero, y como un "centro de experiencia" sobre temas relativos a estos de delitos para ayudar al supervisor europeo a adoptar sus posiciones sobre los mismos.
En todo caso, este organismo se desarrollaría "con pleno respeto de la distribución de responsabilidades en lucha contra el lavado de dinero del marco legal actual", dijo Nouy, en referencia a las normas vigentes por las que son las autoridades de cada país las encargadas principales de vigilar este tipo de delitos.
Además, la presidenta del MUS abogó por estudiar "un nivel más alto de armonización" de las normas en esta materia "en la forma de una regulación".
Los trabajos del BCE llegan después de varios escándalos de lavado de dinero en bancos europeos en Letonia, Estonia y Holanda, que en el último año han puesto en cuestión la eficacia de las normas comunitarias contra el lavado de dinero y de las autoridades a la hora de asegurar que se cumplen.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha abogado en los últimos meses por la creación de una autoridad europea para vigilar el lavado de dinero puesto que el sistema actual "no funciona".