
Durante las últimas horas, los mensajes relacionados con el pulso arancelario chino procedentes de la Casa Blanca continúan siendo algo confusos. El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, desmintió las informaciones publicadas por Financial Times que apuntaban que la administración Trump barajaría no aplicar nuevas medidas arancelarias a medida que Pekín y Washington reinician las conversaciones. Lighthizer determinó que el incremento de los gravámenes del 10% al 25 sobre un catálogo de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares sigue vigente y entrará en vigor en enero del próximo año. Sin embargo, el presidente de EEUU, Donald Trump, sirvió de contrapunto este viernes al asegurar que "China quiere lograr un acuerdo".
"Han enviado una lista de cosas que están dispuestos a hacer y es una lista larga pero no aceptable para mi todavía", dijo el mandatario haciendo referencia a la respuesta por escrito procedente del gobierno chino reciclando algunas de las concesiones propuestas a EEUU. El republicano reconoció que "no quiere poner a China en una situación incómoda" y que de lograr algún tipo de entendimiento "quizás no serán necesarios más aranceles".
Estas declaraciones vuelven a rebajar el tono de cara al próximo encuentro que Trump mantendrá con su homólogo chino, Xi Jinping, en Buenos Aires, Argentina, con motivo de la Cumbre del Grupo de los 20 que se celebra el 30 noviembre y el 1 de diciembre. Aunque de momento las expectativas son limitadas, con la esperanza de entablar al menos un marco que permita a ambos países relajar las tensiones arancelarias, las palabras del inquilino de la Casa Blanca confirman que la relación entre Washington y Pekín vuelve a abrir canales de comunicación cerrados durante los últimos meses.
En estos momentos, la administración Trump grava más de la mitad de las importaciones chinas que entran el país, más de 250.000 millones de dólares, y amenaza con elevar los aranceles y expandir su azote hasta cubrir la totalidad de bienes chinos que entran en EEUU. Por su parte, China ha respondido con la misma moneda, pero dado que sus importaciones estadounidenses son menores, el gigante asiático ya tasa más del 80% de los productos americanos.
Trump y Xi mantuvieron una conversación telefónica a comienzos de mes que el presidente de EEUU calificó como "muy buena". Posteriormente, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin y el vicepresidente chino, Liu He, reanudaron la comunicación con el objetivo de lograr un acercamiento a finales de este mes.