El presidente del Gobierno se dio este miércoles cuatro meses para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, aunque la consigna del Grupo Socialista sigue siendo registrar el anteproyecto de las Cuentas Públicas de 2019 en el último mes del año. En respuesta a Pablo Casado, líder de la oposición, Pedro Sánchez defendió en la sesión de control parlamentaria disponer del mismo tiempo que tuvo Rajoy con los anteriores Presupuestos, en cuya ocasión fueron presentados el 4 de abril, "con lo que, según el cronómetro del PP, aún tengo cuatro meses", recalcó el jefe del Ejecutivo.
La proposición de la fecha formulada el miércoles por el presidente, medio en broma, medio en serio, coincide con las cábalas de algunos miembros de su Gobierno, cuyo entorno, al que ha tenido acceso elEconomista, plantea la conveniencia de que las elecciones generales coincidan con las autonómicas, municipales y europeas -como mucho en octubre de 2019-, incluyendo en su cartel a los ministros Fernando Grande-Marlaska y Josep Borrell, como candidato a la Alcaldía de Madrid, el primero, y como candidato a las europeas, el segundo.
De ser así, el Grupo Socialista ya no observa de forma tan negativa una prórroga presupuestaria, sino más bien ve una oportunidad para, en un momento dado, soltar la mano a los independentistas y argumentar a su favor que no aprobarán unas cuentas que no convienen al interés general de los españoles. De otro modo, reseña la oposición, con este escenario los socialistas frenarían el desgaste del presidente, al que el miércoles la oposición castigó con la "disociación de su personalidad".
En su turno, Pablo Casado preguntó al jefe del Ejecutivo "si coincide con Pedro Sánchez cuando decía que sin Presupuestos habría que someterse a una cuestión de confianza o convocar los comicios". Utilizando la respuesta de la vicepresidenta del Gobierno en Moncloa, cuando distinguió del Sánchez que antes de ser presidente defendía la rebelión en el mes de mayo, poco antes de la moción de censura, frente al Sánchez que hoy apoya que la Abogacía del Estado retire la acusación de este delito, el líder de los populares reiteró en su exposición la pregunta de "quién es el verdadero Pedro Sánchez: el que decía que Torra era un supremacista y un racista, o aquel con quien quiere acordar una reforma del Estatut con referéndum incluido. O -para abundar- quien intenta engañar a Bruselas con los Presupuestos, o quien ahora deja caer la posibilidad de la prórroga de unas cuentas, las de Rajoy, a las que siempre ha tildado de antisociales".
En los pasillos del Congreso, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señalaba el tiempo que el Gobierno lleva trabajando en los Presupuestos, "cerrando acuerdos" con algunos partidos. Pero la realidad es otra. En las filas de Podemos ya admiten que las dificultades en estas negociaciones se han triplicado. Y desde ERC y PDeCat se mantiene el no rotundo a las Cuentas de Sánchez.