Lejos de ajustarse el cinturón y meter en cintura el déficit, la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, más que duplicará la emisión de deuda pública este año. Según los datos dados a conocer por el Departamento del Tesoro, las necesidades de financiación de la administración estadounidense alcanzarán la friolera de 1,34 billones de dólares este año.
Sólo en el último trimestre de este año, la agencia liderada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, tiene previsto emitir deuda por valor de 425.000 millones de dólares. Entre los meses de julio y septiembre, EEUU despachó alrededor de 353.000 millones de dólares en bonos, por encima de lo previsto inicialmente.
El Tesoro ha incrementado sensiblemente la venta de letras, notas y bonos de deuda pública estadounidenses para poder así costear parte de la brecha presupuestaria de la Casa Blanca, especialmente la reforma tributaria aprobada el 22 de diciembre de 2017, cuyo coste ascendió hasta los 1,5 billones de dólares. A ello habría que sumar el aumento del gasto en casi 300.000 millones de dólares del gasto, también orquestado por los legisladores republicanos.
Este paquete de medidas engordó el déficit hasta los 779.000 millones de dólares en el año fiscal 2018. De hecho, según señala un análisis elaborado por The Wall Street Journal, el gasto público bajo la era Trump ha sido responsable de casi la mitad del impulso económico estadounidense, especialmente tras el desembolso en Defensa.
Si entre junio de 2009 y marzo de 2017, la inversión pública en estos menesteres se contrajo en un 2,1% anual, desde el abril de 2017 avanza a un 2,9%. Este cambio de rumbo ha sumado una media de 0,21 puntos porcentuales al PIB estadounidense. Cuando se incluyen otras partidas no relacionadas con Defensa además del desembolso estatal y local, el gasto público contabiliza casi la mitad del impulso en la tasa de crecimiento, que entre 2009 y abril de 2017 alcanzó una media del 2,2%.
La inversión en Defensa, según señala el WSJ, aumentó un 6% en el año fiscal que terminó el pasado 30 de septiembre, gracias en parte al acuerdo presupuestario bipartidista para impulsar el gasto del gobierno este año y el que viene en casi 300.000 millones de dólares más que lo establecido.
El aumento de la emisión de deuda pública de EEUU por parte del Tesoro llega en un momento en que la Reserva Federal continúa con el adelgazamiento de su balance, lo que implica su desembolso en la tenencia de bonos del Tesoro estadounidense, y también aparente inapetencia de los inversores extranjeros en la deuda pública americana.
En estos momentos, el apetito extranjero se ha debilitado, con un aumento en las tenencias de bonos del Tesoro de 78.000 millones de dólares en los primeros ocho meses de 2018. Esta cifra representa algo más de la mitad de lo que compraron durante el mismo período del año pasado y una tímida proporción de las emisiones que programa el Tesoro. De acuerdo a los datos oficiales, los inversores extranjeros cuentan en estos momentos aproximadamente con el 41% de la deuda pública de EEUU, el porcentaje más bajo en 15 años.