El ministro de Economía británico, Philip Hammond, ha desvelado este lunes una nueva medida fiscal en el marco de la presentación de los presupuestos del país: la creación de una tasa digital que podría recaudar unos 400 millones de libras anuales a partir de 2023 y que afectaría a las grandes compañías de internet y que entraría en vigor de 2020.
"Consultaremos los detalles para asegurarnos de que lo hacemos bien y para asegurarnos de que el Reino Unido siga siendo el mejor lugar para comenzar y ampliar una empresa de tecnología", dijo Hammond.
El nuevo impuesto, que gravará con un 2% los ingresos derivados de la base de usuarios británicos, se destinará a las grandes tecnológicas y afectará a aquellas compañías rentables con ingresos anuales superiores a los 500 millones de libras (560 millones de euros al cambio actual).
Algunas de las grandes tecnológicas tienen una importante sede en Londres, y compañías como Google, Snap o Apple están expandiendo sus oficinas en la capital británica a pesar de la inminente salida de Reino Unido de la Unión Europea.
Según datos recogidos por Bloomberg, la filial británica de Amazon ingresó 1.980 millones de libras en Reino Unido en 2017, pero pagó en impuesto de sociedades apenas 4,5 millones de libras. Por su parte, Google sólo pagó 16 millones de dólares en impuestos en Reino Unido entre 2006 y 2011 pese a facturar 18.000 millones en ingresos.
El nuevo impuesto británico se sitúa en la línea de la 'tasa Google' que quiere implantar la Unión Europea, y que bloquean países como la República Checa, que sostienen que el coste de recaudar el impuesto sería mayor que el ingreso que generaría. España, por su parte, ya cuenta con un impuesto de transacciones digitales que entrará en vigor en 2019 y con el que se espera recaudar hasta 1.200 millones de euros.