Economía

El menor dinamismo de las 'grandes' regiones lastra al sector productivo

  • Cataluña y País Vasco sufren más las caídas de impulso empresarial

El impulso titánico de la economía española que ha jalonado los años posteriores a la crisis, con un desempeño por encima de la media de los vecinos de la Unión Europea, muestra síntomas de fatiga y agotamiento.

Esta es la principal conclusión que se desprende de la lectura del dinamismo a nivel autonómico que se presenta en el Ecobarómetro correspondiente al tercer trimestre del año, que deja una pérdida de 0,31 puntos (49,69) en el indicador general, desde los 50 puntos anotados en el anterior periodo.

La pérdida de impulso por parte de la regiones más pujantes está detrás del peor desempeño mostrado a nivel nacional, según recogen los datos del estudio que elaboran conjuntamente Informa D&B y eleEconomista.

Así, cabe destacar el comportamiento negativo de autonomías como el País Vasco, uno de los principales acicates a la industria del país, donde se pierden 0,59 puntos de dinamismo, situándose en los 50,66 puntos. También Cataluña, motor turístico de España, cede 0,38 puntos, situándose en los 52,16, si bien en este caso se conjugan motivos de pérdida de reclamo vacacional -extensiva al resto del país a raíz de la recuperación de destino competencia como Egipto, Túnez o Turquía- además del mantenimiento de la incertidumbre política por parte del Gobierno prorupturista de la Greneralitat.

Pero más allá, como si de una fiebre pandémica se tratase las regiones colaterales asumen a su vez pérdidas de impulso económico, sin excepción -ninguna comunidad autónoma del país muestra una evolución positiva-, donde llama la atención principalmente los lugares con reclamo turístico al tratarse de una medición posterior al periodo veraniego. Así, la Comunidad Valenciana cede 0,36 puntos, colocando el indicador de dinamismo en los 48,51 puntos; las islas Baleares con 48,51 puntos experimenta una pérdida de 0,23 y las islas Canarias, de manera más exigua pierde 0,07 puntos de actividad.

Como explica el director de desarrollo de corporativo y relaciones internacionales de Informa D&B, José Antonio Teijelo, en esta entrega se puede apreciar cómo "se reducen las diferencias entre la menor nota y la media y entre la mayor y la menor, lo que significa que, en general, se han visto más penalizadas las comunidades con mejor nota" en desempeño de la actividad productiva.

De hecho, otras regiones altamente dinámicas como la Comunidad de Madrid y Navarra también pierden fuerza por encima de la media del país: la primera se queda justo en la media con una caída de 0,31 puntos -pese a ser la única junto con Valencia que experimenta un avance en la creación de empresas, además de que solo ella experimenta una generación de empleo en este periodo-, mientras que Navarra, con una puntuación de 53,38 puntos pierde hasta 0,42 de media en tres meses.

En este punto, cabe recordar que la puntuación global del Ecobarómetro se obtiene a partir de la evolución de tres indicadores que se centran en la actividad de las empresas privadas: la creación de puestos de trabajo, la capacidad de pago de las facturas y la propia formación de nuevas compañías.

Los vientos de cola ya no impulsan a la economía nacional, sino que la desestabilizan

Así, en ambos extremos encontramos que Ceuta, como suele ser habitual por la elevada volatilidad del sector empresarial, es la que peor evolución haya en el tiempo transcurrido entre julio y septiembre, con una pérdida de 0,80 puntos es la región que peor desempeño muestra, mientras que Castilla y León junto con Andalucía son las que menores descensos anotan, por debajo de la media, de 0,15 puntos resultando una nota de 49,95 y 48,31, respectivamente.

Con todo ello, parece que los vientos de cola ya no impulsan a la economía nacional, sino que más bien la desestabilizan. La merma del fuelle en los dos motores que tiraban del crecimiento, exportaciones y consumo interno, ya están debilitando la posición comparada de España con el resto de países del euro, y las expectativas son poco halagüeñas. Sin ir más lejos la competitividad de la economía se verá afectada este año por la retirada de los estímulos financieros que llegan desde el Banco Central Europeo, donde más allá, una mayor presión de los compromisos de deuda del Estado supondrá a su vez una mayor presión sobre las partidas de gasto público, más aún cuando en España la deuda pública supera ligeramente el 98 por ciento del PIB.

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