
Una de las propuestas estrella del programa de Gobierno de Pedro Sánchez tras la moción de censura fue la elaboración de un plan de empleo juvenil para paliar las altas tasas de paro, un 34,7% en los menores de 25 años según la EPA del segundo trimestre, una de las más altas de Europa.
El nuevo plan de empleo juvenil, que se está negociando con los agentes sociales, tiene seis grandes ejes de actuación: reforzar el papel de los Servicios Públicos de Empleo; potenciar la actuación en el ámbito local; reforzar la atención personalizada con un programa que tiene como nombre OrientaJoven; apoyo a los programas de segunda oportunidad; itinerarios formativos para la incorporación al mercado de trabajo y un impulso de la primera experiencia profesional, con programas públicos de empleo.
Fuentes de la negociación explican a este periódico que el Gobierno entregó a principios de septiembre un documento muy básico, en el que se establecen estas seis grandes líneas, y que el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social tiene que presentar un borrador más elaborado sobre el que iniciar las negociaciones. Igualmente, los agentes sociales, tanto sindicatos como las patronales CEOE y Cepyme, han de presentar sus propuestas en el seno de la mesa de negociación.
Debate de investidura
El anuncio del presidente Sánchez el 17 de julio en el debate de investidura adelantó que se pretendía revisar y promover los contratos de relevo y de prácticas, desarrollar nuevos instrumentos de políticas activas para jóvenes, desarrollar una nueva regulación de las prácticas no laborales y de los programas de becas, crear el Estatuto del becario y suprimir las prácticas extracurriculares.
De momento, el documento presentado por el Gobierno se limita a grandes líneas de mejora del actual Sistema Nacional de Garantía Juvenil que a 31 de agosto tenía cerca de 1,25 millones de beneficiarios. El documento elabora medidas en función del nivel educativo de los jovenes. Para aquellos que han tenido éxito en la obtención de su cualificación profesional de cualquier nivel, pero que encuentran dificultades para adquirir la experiencia profesional que les permita incorporarse con garantías al mercado laboral, el documento del Ministerio de Trabajo sugiere que las Administraciones Públicas jueguen un papel relevante promoviendo programas públicos de empleo en el ámbito de las Entidades Locales y el Sector Público en general. El fin es ofrecer primeras experiencias profesionales en las actividades económicas y ocupaciones relacionadas con las titulaciones y cualificaciones profesionales de los jóvenes.
En los casos de fracaso escolar, el Gobierno platea a los agentes sociales discutir fórmulas para repescar a los jóvenes con lo que denomina "programas de segunda oportunidad". Estarán dedicados a un "grupo significativo de jóvenes" que no han finalizado con éxito sus estudios de Educación Secundaria Obligatoria, principalmente los de menor edad, y que han abandonado el sistema educativo.
La organización modular del currículo, el apoyo a los centros especializados, así como iniciativas que incentiven la participación y el aprovechamiento de esta nueva oportunidad son algunos ejemplos de cómo potenciar estos programas. Como premisa, Trabajo exige la colaboración "eficaz" entre las administraciones educativa y laboral debe ser su punto de partida.
Sin cualificación
Para aquellos jóvenes que, estando cerca de la edad de trabajar no dispongan de una cualificación profesional básica, se les debe facilitar una oferta formativa Así pues, es preciso organizar una oferta educativa que permita la adquisición y acreditación de competencias necesarias para acceder a los Certificados de Profesionalidad de Nivel 2 o la superación de las pruebas de acceso a los Ciclos Formativos de Grado Medio. La oportunidades que ofrecen los marcos de la Economía Circular, las transiciones energéticas, y la sostenibilidad y el reverdecimiento que pueden ser favorecidas con la adquisición de nuevas competencias agrarias, digitales y lingüísticas, así como reforzando programas mixtos de empleo y formación como las Escuelas Taller.
Otra de las líneas que plantea el Gobierno para mejorar la empleabilidad de los jóvenes es un programa, OrientaJovén, para reforzar la atención personalizada e individualizada por parte de los Servicios Públicos de Empleo. Para ello, propone a los agentes sociales dotarlos de recursos suficientes para una adecuada atención individualizada a las personas beneficiaras de la Garantía Juvenil. El programa, dirigido específicamente a este colectivo, deberá alinearse con otras iniciativas como el diagnóstico personalizado, el desarrollo de itinerarios de empleo y formativos, o la coordinación de la actuación de distintos agentes especializados y, según el documento del Ministerio de Trabajo, será uno de los principales ejes de la mejora del Sistema Nacional de Garantía Juvenil.
Las dos líneas restantes de mejora que propone el Gobierno son potenciar el papel central de los Servicios Públicos de Empleo para lo cual debe reforzarse su liderazgo y mejorar los instrumentos y el acceso a la información que precisan para desarrollar su labor. El segundo es potenciar la coordinación de las administraciones en los ámbitos locales, con el fin de aprovechar el conocimiento específico a partir de un diagnóstico inicial.