
La primera salida de un Estado miembro de la UE va camino de convertirse en un salto al vacío. La primera ministra británica, Theresa May, llegó el miércoles con cierto optimismo a su encuentro en Bruselas con el resto de líderes europeos para intentar lograr un divorcio ordenado. Sin embargo, la británica no presentó ninguna propuesta para salvar el entuerto de la frontera de Irlanda, el asunto que impide lograr una ruptura que minimice los daños. Ante esta situación, la UE se muestra dispuesta a alargar un año el periodo transitorio tras el Brexit y la premier se avino finalmente a esta vía para mientras tratar de resolver el embrollo de Irlanda.
Tras escuchar a May, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, comentó a la prensa que su tono fue el de "alguien que quiere alcanzar un acuerdo". "Pero no percibí nada sustancialmente nuevo en términos de contenido", añadió.
"El acuerdo es alcanzable", co-mentó a su llegada May, sin poner nada más en la mesa que su voluntad para cerrar un acuerdo. La premier y los Veintisiete quieren evitar una ruptura brusca que altere el flujo comercial con las islas, agite los mercados, o rompa la cooperación en materia de seguridad o tráfico aéreo. Para evitar una frontera entre el territorio británico de Irlanda del Norte y el resto de la isla, Bruselas propone alargar un año más la fase de transición tras la salida del Reino Unido el 29 de marzo de 2019. Pero es un año extra en el que Londres tendrá que continuar contribuyendo a las arcas comunitarias sin iniciar acuerdos comerciales.
Londres y Bruselas esperan concluir la futura relación bilateral en este periodo transitorio, que de momento se extiende hasta el 31 de diciembre de 2020.
Con este año adicional, se espera casi en un acto de fe dar con una solución que hoy se antoja imposible. Una vez que el Reino Unido salga de la union aduanera y el mercado común, se debería imponer una frontera con Irlanda del Norte.
May quería evitar la frontera recurriendo a una quimera tecnológica. Por eso sus socios europeos han reclamado en los últimos meses una "solución de seguridad". Los europeos propusieron mantener a Irlanda del Norte en la unión aduanera hasta que se encontrara la solución definitiva, algo que fue rechazado por Londres por la presión de los unionistas de Irlanda del Norte. Otra opción considerada fue que todo el Reino Unido se mantuviera en la unión aduanera, pero es una opción que no termina de convencer ni en las islas ni en el continente.
Tajani se mostró a favor de alargar el periodo transitorio un año más hasta los tres años, algo que May al principió no consideraba.
Al cierre de esta edición, los líderes europeos discutían si existían elementos suficientes en la intervención de May para dar algo más de tiempo, o si se lanzaban ya totalmente a preparar los planes de contingencia para una salida brusca.
El propio Barnier señaló a su llegada que "necesitamos mucho más tiempo" y que continuaría trabajando "en las próximas semanas, con calma y paciencia".
De hecho, la primera ministra continúa en una huida hacia adelante con su cuestionada propuesta de salida e insiste en que la fórmula final esté inspirada en el plan de Chequers.
Con todo, es consciente de que está en manos de la UE, por lo que el miércoles dejó la puerta abierta a la ampliación de la transición que seguirá al que se ha acuñado ya al norte del Canal de la Mancha como el Día del Brexit. La premier hizo un cálculo de riesgos y entendió que su supervivencia depende de comprar tiempo.
May sabe que mientras no se adopten decisiones, la frágil estabilidad de su gabinete y la división de su partido no alcanzarán el punto de ebullición, por lo que extender la duración de las negociación juega a su favor. El problema de esta solución es que no arregla el quebradero de la frontera con Irlanda, puesto que el pacto de divorcio que debería estar listo para el 29 de marzo tendrá que estipular la cláusula de seguridad que evitaría su reimposición en todos los escenarios.
El primer ministro irlandés y los unionistas del Ulster advirtieron de que ampliar la transición nunca podría sustituir la barrera de seguridad. Leo Varadkar explicó que lo veía más como un mecanismo para "garantizar" que, de darse el caso, la cláusula sería empleada.