
Pedro Sánchez se ha comprometido a presentar Presupuestos Generales, la ley política más importante de un Gobierno, en fecha y hora. Pero el tiempo transcurre y Europa apremia a tener en sus manos el borrador de unas Cuentas Públicas que no acaban por llegar, porque la senda fiscal se ha quedado bloqueada en la Mesa del Congreso y ahora habrá de tramitarse por la vía ordinaria.
No obstante, el problema del Gobierno de Sánchez no es tanto el bloque que PP y Ciudadanos han constituido para impedir que sus Presupuestos salgan adelante por la puerta de atrás y por vía de urgencia. Lo que realmente preocupa a Sánchez -sostienen desde la oposición- es el peaje que el presidente tiene que pagar al nacionalismo a cambio de Presupuestos. En definitiva, confiesa un alto cargo del PP relacionado con el anterior Ministerio de Hacienda, "de quien depende Sánchez es de lo que decida Carles Puigdemont".
"Ciertas actitudes"
Los primeros en mantener la opinión del político del PP con quien ha hablado elEconomista han sido los nacionalistas vascos. El jueves, la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, afirmaba que los jeltzales están dispuestos a hablar de Presupuestos Generales del Estado para que haya estabilidad, pero considera que, "más determinantes que los votos del PNV en estos momentos, son los de los catalanes", no sólo para que las cuentas salgan adelante, sino para "ir aprobando un montón de modificaciones".
Reconoce Atutxa que esto es algo que tiene que hacer el Gobierno Sánchez, y no dice que no lo esté haciendo ya, pues aprecia "ciertos guiños, ciertas actitudes, la forma de hablar de su vicepresidenta, la ministra Batet, que son radicalmente diferentes a lo que habíamos estado viendo por parte del Partido Popular y eso hay que ponerlo en valor", destacaba.
Para el dirigente popular consultado, la clave de que los Presupuestos Generales salgan adelante, incluso con la senda fiscal del PP, está en la baza negociadora que Carles Puigdemont tiene en sus manos, y en la capacidad de éste para provocar algo más que gestos con los miembros encarcelados del anterior Ejecutivo catalán y consigo mismo, quien se encuentra huido de la justicia española, en Waterloo, Bélgica, lo que el independentismo catalán cataloga de exilio.
Noviembre
Por todas estas condiciones cree la fuente consultada que la fecha elegida por el presidente del Gobierno para presentar las Cuentas Públicas en el Congreso es el mes de noviembre, haciéndolo coincidir con el inicio de la celebración del juicio del 1-O, en un intercambio de guiños y presiones que sirvan para arrancar a PDeCat, y no a ERC, con el que el Gobierno tiene mayor nivel de interlocución, el apoyo determinante para sacar adelante los Presupuestos.
Preguntado por los Presupuestos desde Estados Unidos, este jueves, Pedro Sánchez se atrevía en primer lugar a reconocer que si se veía obligado elaborará las Cuentas de 2019 con la senda fiscal del PP, a lo que añadía que sus potenciales aliados habrán entendido que han hecho todo lo posible por cumplir sus compromisos. En segundo lugar, el presidente del Gobierno confirmaba que su calendario es presentar a mediados de octubre a la Comisión Europea un plan presupuestario y presentar el proyecto de Presupuestos en el Congreso a finales de noviembre.
En respuesta a los mensajes enviados por los independentistas estos días, redoblando la presión, el jefe del Ejecutivo español reconocía que, si se prioriza el conflicto en lugar de la cooperación, la legislatura en España habrá terminado y habrá elecciones. La misiva la mostraba justo horas después de afirmar, también desde Estados Unidos, que estará en el Gobierno hasta 2020.
Con estos mimbres, en el PP se cree que a corto plazo no habrá Presupuestos Generales, porque en sí, dependerá del tipo de acuerdo que Sánchez cierre con el prófugo Carles Puigdemont. Un acuerdo que suponga sacrificios por parte de ambos, y del que el Gobierno saque el compromiso de los independentistas de que el procés se puede frenar y la paz social puede volver a las calles de Cataluña.
Con los apoyos de Unidos Podemos y PNV, el Gobierno no tiene los 176 diputados que requiere. Así que ahora, sugieren fuentes populares, de lo que se trata es de que Sánchez aguante como sea, y eso pasa por prorrogar Presupuestos, en un ambiente adverso, con los tipos de interés subiendo en Estados Unidos, un paro en España del 15%, pérdida del superávit exterior y encarecimiento del petróleo.
Mientras tanto, teme el principal partido en la oposición, Sánchez intentará demostrar que tiene acuerdos, lanzará ideas, fuegos de artificio con un Ejecutivo que se desmorona por días. Aunque en el fondo, "el que decide cuando habrá elecciones está residiendo en Bélgica", sostienen desde Génova 13.