
La tasa de sustitución de las pensiones, que es como se denomina a la relación entre la cuantía del último salario y la pensión inicial, caerá en España durante los próximos 12 años un 20,9%, lo que se traduce en el mayor descenso que se producirá en la eurozona en dicho periodo. Concretamente, de media, los países del euro verán reducida esta variable en un 0,9% hasta el año 2030, cuando se situará en el 44,7% de media, según las cifras que arroja el Ageing Report 2018, elaborado por la Comisión Europea.
En este sentido, cabe recordar que la tasa de sustitución de los jubilados españoles es en la actualidad de las más altas de toda la Unión Europea. Según los datos del estudio Pensions at a Glance 2015, elaborado por la OCDE, el porcentaje de ingresos en la jubilación respecto a los ingresos previos como trabajador en activo roza el 80%, siendo uno de los más elevados en comparación con las demás grandes potencia del euro.
De este modo, la tasa de sustitución en países como Francia tan solo alcanza el 55% de la última renta del trabajo, mientras que en Portugal, Italia, Alemania o Reino Unido, actualmente se encuentra en el 74%, 69%, 37% y 30%, respectivamente.
Así, la tasa de sustitución o de reemplazo aporta una medida de la pérdida de poder adquisitivo que se va a sufrir en el tránsito de la vida activa a la jubilación. Por ejemplo, una persona con un sueldo previo al retiro laboral de 2.000 euros mensuales que percibiese como pensión unos 1.000 euros respondería a una tasa de sustitución del 50%, es decir, la cuantía de la prestación es la mitad que la del último salario. Por lo tanto, esos 1.000 euros de diferencia entre ambas percepciones es la pérdida de poder adquisitivo que descuenta la persona recién jubilada.
En este punto, cabe destacar que con un 20,9%, España será el país del euro donde más se ampliará la brecha entre el último salario y la pensión inicial en los próximos 12 años, hasta 2030, solo seguido de Letonia donde la caída será del 16,8% según las estimaciones. En el tercer lugar de los descensos más pronunciados se encontraría Luxemburgo, con un retroceso del 11,6%.
Sin embargo, la mayoría de las regiones de la eurozona, hasta 11 países, sufrirá una caída de la tasa de sustitución de las pensiones. Entre las más llamativas está la merma que experimentarán Lituania, Grecia e Italia, con bajadas del 7,7%, 6,8% y 6,6%, respectivamente. Incluso Alemania, adalid del desarrollo y la sostenibilidad económica, verá una merma del 1,2% en la evolución de este indicador.
Más allá, de entre las grandes potencias de la eurozona, solo Francia y Portugal incrementarán la tasa de sustitución de las pensiones en el periodo objeto del análisis de la Comisión Europea con avances del 3,1 y 7,7%, respectivamente. Si bien el repunte más fuerte es el que anotarán tanto Chipre como Austria, de un 7,8%.
En este punto, cabe señalar que para 2030 la de España pasará de ser la tasa de sustitución de las pensiones más alta de la zona euro a ser la cuarta, compartiendo posición del ranking con Italia, con un 58,7%. Por delante pasarán en tercera posición Luxemburgo, con un 61,3%, Grecia, con un 61,6% en la segunda posición, mientras que el porcentaje de ingresos en la jubilación respecto a los ingresos previos más elevado de la región estará en Portugal, en el 76%.
Cabe recordar que estas previsiones se basan en las proyecciones que la Comisión Europea tiene sobre niveles de empleo y aportaciones al sistema de pensiones, y que en España ha sido recientemente modificado, por lo que las cifras para nuestro país podrían variar, toda vez que termine por liquidarse la reforma del Sistema impulsada por el PP en 2013. Así, desde Bruselas ya han salido en varias ocasiones al paso en defensa de las medidas adoptadas entonces, como la inclusión del factor de sostenibilidad, aplazado hasta 2023, que preveía una reducción progresiva en la cuantía de las pensiones ligada a la esperanza de vida que se tiene en el momento de la jubilación.